La navarra Nerea Pascual Lezaun, investigadora predoctoral de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), trabaja desde febrero en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la Nasa para integrar tecnologías termoeléctricas desarrolladas para el espacio en generadores destinados a estaciones volcánicas fuera de red. La estancia, de cuatro meses, se enmarca en su tesis doctoral y en el proyecto VIVOTEG (“Generadores termoeléctricos autónomos para vigilancia volcánica”), financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
El JPL acumula décadas de experiencia en sistemas de conversión termoeléctrica, como los RTG empleados en misiones de larga duración (Voyager, Curiosity, Perseverance). Pascual investiga cómo trasladar la ingeniería de módulos y materiales —optimizados por el laboratorio californiano— a contextos terrestres donde la fuente térmica es la propia geotermia superficial asociada a actividad volcánica. El objetivo es garantizar suministro eléctrico continuo en emplazamientos donde paneles solares y aerogeneradores resultan inviables por condiciones meteorológicas extremas o falta de mantenimiento.
El grupo Ingeniería Térmica y de Fluidos (ITF) de la UPNA, dirigido por los profesores David Astrain y Álvaro Martínez, ha diseñado un sistema que combina intercambiadores de calor basados en cambio de fase con módulos termoeléctricos comerciales. La arquitectura extrae calor a tan solo 40 centímetros de profundidad y mantiene la diferencia de temperaturas necesaria para generar electricidad.
La colaboración con el JPL permite optimizar la selección de materiales y la geometría de los módulos, explorar técnicas de empaquetado resistentes a ciclos térmicos severos y evaluar configuraciones de potencia escalables. El intercambio también contempla el análisis de mercados duales: aplicaciones científicas remotas, telecomunicaciones de emergencia y estaciones autónomas polares.
«El conocimiento del JPL en módulos termoeléctricos, combinado con nuestra experiencia en intercambiadores de alta eficiencia, puede traducirse en generadores más compactos y fiables», explica Pascual, contratada FPI por el Ministerio.
Los generadores geotérmicos proporcionarán alimentación a sensores de deformación, sismómetros y enlaces de datos en volcanes activos, mejorando la continuidad de series temporales críticas para la alerta temprana. Para la industria aeroespacial, el proyecto ilustra la circularidad tecnológica entre el segmento espacial y las aplicaciones terrestres en entornos de energía distribuida, alineada con la creciente demanda de soluciones off-grid robustas.
Al término de la estancia, los resultados se integrarán en la fase de diseño de un demostrador de mayor potencia que será desplegado en otra localización volcánica de referencia. El proyecto VIVOTEG refuerza así la posición del ecosistema español en tecnologías energéticas de nicho con proyección internacional tanto en misiones científicas como en infraestructuras críticas remotas.