La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha exigido a la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) que mantenga la separación crítica entre la política y las cuestiones de seguridad de la aviación.
Este aviso se produce después del incidente ocurrido al avión de Ryanair que fue interceptado sobre el espacio aéreo de Bielorrusia y obligado a aterrizar en Minsk y a la posterior decisión de la EASA de emitir una directiva de seguridad prohibiendo el sobrevuelo del espacio aéreo bielorruso.
“La seguridad de la aviación nunca debe politizarse”, explica Willie Walsh, director general de IATA. “La asociación condenó las acciones del gobierno de Bielorrusia y pidió una investigación independiente. Prohibir que las aeronaves europeas utilicen el espacio aéreo bielorruso con una Directiva de seguridad también es una politización de la seguridad de la aviación. Este es un avance retrógrado y decepcionante”, asegura el directivo.
Además, desde la IATA se pide a la EASA que rescinda su prohibición y permitir que las aerolíneas gestionen la seguridad como lo hacen todos los días, con sus evaluaciones normales de riesgo operativo.
En este sentido, Walsh asegura que “la política nunca debe interferir con la operación segura de las aeronaves y los políticos nunca deben usar la seguridad de la aviación como una tapadera para perseguir agendas políticas o diplomáticas”.
Varias aerolíneas han seguido utilizando el espacio aéreo bielorruso, acción que la IATA apoya, al igual que la decisión del Consejo de la Organización de Aviación Civil Internacional de emprender una investigación de investigación sobre el incidente.