El planeador modificado en el centro del experimento de estudio de estelas de hidrógeno de Airbus UpNext, Blue Condor, realizó su primer vuelo propulsado por hidrógeno sobre Nevada, Estados Unidos, la pasada semana. El vuelo fue el primero de la compañía en utilizar hidrógeno como única fuente de combustible y dio inicio a una campaña de prueba que concluirá con una misión de medición de estelas a principios de 2024.
El hidrógeno ofrece a la aviación un camino hacia operaciones con bajas emisiones de carbono, pero su combustión produce estelas de vapor como el combustible para aviones convencional. Las estelas de hidrógeno, sin embargo, difieren significativamente. No contienen hollín ni óxidos de azufre, pero sí óxidos nitrosos y mucho vapor de agua: hasta 2,5 veces más que las estelas de queroseno. Ambas se consideran emisiones que impactan el clima y, como tales, la industria de la aviación tiene el deber de abordarlas.
Por ello, como parte del proyecto ZEROe, Airbus se compromete a estudiar la composición de estas estelas de hidrógeno poco comprendidas. Utilizando un planeador Arcus-J modificado, el proyecto Blue Condor de Airbus UpNext tomará un pequeño motor de combustión de hidrógeno a una altura de hasta 30.000 pies y comparará sus emisiones con las de un motor de queroseno de tamaño similar, volando junto a él a bordo de un segundo avión. Ambos planeadores son operados por The Perlan Project y el motor de hidrógeno fue ensamblado por la empresa alemana Aero Design Works.
Blue Condor ha entrado ahora en su fase de pruebas de vuelo. El vuelo del 8 de noviembre duró unos 30 minutos y su objetivo era aumentar el empuje del motor de hidrógeno a 7.000 pies, estabilizando al mismo tiempo el avión a diferentes velocidades. Desde entonces se han realizado dos vuelos más, realizando pruebas que incluyen un arranque de motor a 10.000 pies.
El equipo de Blue Condor planea realizar una primera operación de estudio de estelas durante la ventana de clima frío de Nevada a principios del próximo año. Luego, el Arcus-J será remolcado a una altitud de prueba por un avión Grob Egrett instrumentado por el laboratorio aeroespacial alemán DLR. Este avión de «persecución» seguirá detrás, utilizando sensores para recopilar y analizar datos atmosféricos y de estelas. El vuelo promete ser un gran paso para mejorar la comprensión del impacto climático del hidrógeno y, en última instancia, para alcanzar el objetivo ZEROe de Airbus de entrar en servicio en 2035.