Tras una alerta de la Organización Europea de Consumidores (BEUC), la Comisión Europea y las autoridades de consumo de la Unión Europea han examinado las afirmaciones hechas por 20 aerolíneas que sugieren que las emisiones de CO2 de los vuelos pueden ser compensadas por proyectos climáticos o combustibles sostenibles, con los pasajeros pagando por estos esfuerzos.
Encabezado por la Dirección General de Inspección Económica de Bélgica, la Autoridad de Consumidores y Mercados de los Países Bajos, la Autoridad de Consumidores de Noruega y la Dirección General de Consumo de España, la Red de Cooperación de Protección al Consumidor (CPC, por sus siglas en inglés) se centró en las afirmaciones de las aerolíneas con respecto a la compensación de las emisiones de CO2. Surgieron preocupaciones sobre la naturaleza potencialmente engañosa de estas afirmaciones, que podrían contravenir la legislación de consumo de la UE.
El meollo del asunto radica en las promesas de las aerolíneas de neutralizar el impacto ambiental de los vuelos a través de varios medios, como financiar proyectos climáticos o usar combustibles de aviación sostenibles (SAF, por sus siglas en inglés). Sin embargo, las autoridades cuestionan la veracidad de estas afirmaciones. ¿Los pasajeros realmente pueden mitigar su huella de carbono simplemente pagando una tarifa adicional? ¿Se está utilizando el término «combustibles de aviación sostenibles» sin una justificación adecuada de sus beneficios ambientales?
Además, el uso por parte de las aerolíneas de términos como «verde», «sostenible» o «responsable» sin un respaldo sustancial levanta sospechas. ¿Son estas afirmaciones simplemente tácticas de lavado verde diseñadas para atraer a los consumidores conscientes del medio ambiente, o tienen peso en la realidad?
En respuesta a estas preocupaciones, la Comisión Europea y las autoridades de la CPC han emitido un llamado a la acción. Las aerolíneas tienen 30 días para responder, delineando sus medidas propuestas para rectificar los problemas identificados en sus afirmaciones de marketing ambiental. El objetivo es garantizar el cumplimiento de la legislación de consumo de la UE y establecer estándares claros para la justificación y comunicación de las afirmaciones ambientales.
Tras recibir las respuestas de las aerolíneas, la Comisión Europea planea convocar reuniones tanto con la red de CPC como con las aerolíneas para discutir las soluciones propuestas. Además, una monitorización continuo asegurará que cualquier cambio acordado se implemente de manera efectiva.
Ahora la pelota está en el tejado de las aerolíneas. El no abordar las preocupaciones planteadas en las cartas podría resultar en acciones de aplicación adicionales, incluidas sanciones. El objetivo final de esta iniciativa es lograr la alineación en las prácticas comerciales en todo el sector de viajes aéreos, garantizando transparencia y responsabilidad en las afirmaciones ambientales.
A medida que el mundo enfrenta la necesidad urgente de sostenibilidad, la industria de la aviación se encuentra bajo un escrutinio cada vez mayor. Los consumidores exigen cada vez más transparencia y esfuerzos genuinos hacia la responsabilidad ambiental. Solo el tiempo dirá si las aerolíneas pueden estar a la altura del desafío y cumplir sus promesas de un futuro más verde para los viajes aéreos.