El Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TACRC) ha dado la razón a las ingenierías en el recurso interpuesto contra un concurso de Aena en el que la adjudicación se decidía por subasta entre las empresas cuyas ofertas superaran un umbral de solvencia técnica.
Según Tecniberia (la Asociación Española de Empresas de Tecnología y Consultoría y Servicios Tecnológicos), en su resolución, el tribunal es contundente ratificando lo que la propia ley dice de forma explícita: que los servicios de ingeniería y arquitectura son, a los efectos de las leyes de contratación pública, servicios de carácter intelectual y que como tales no pueden ser adjudicados por subasta.
Este resultado se ha conseguido después de muchos años de esfuerzo del sector por trasmitir a las administraciones las malas consecuencias de contratar la ingeniería fundamentalmente por precio. Cuando las nuevas directivas europeas se estaban transponiendo a la legislación española, los partidos políticos escucharon las explicaciones de la ingeniería e incluyeron los dos puntos arriba mencionados. En ese momento algún partido fue más allá, consiguiendo incluir en la ley que esa prohibición de subasta no fuera únicamente para los servicios de carácter intelectual, sino para cualquier tipo de servicio donde el principal coste fuera el de personal.
Aunque la ley es absolutamente explícita en que los criterios técnicos deben tener más peso que el precio a la hora de adjudicar los servicios, la prensa recoge la intención de Aena de recurrir esta resolución. Si bien Aena ha eliminado ya de sus pliegos la subasta electrónica, sigue manteniendo la adjudicación a la oferta más barata.
Tecniberia ha solicitado a Aena que dé mayor peso a los criterios técnicos y de calidad que al precio a la hora de contratar, pero aún mantiene la adjudicación 100% por precio en sus pliegos. Por lo que esto va a obligar al sector a seguir impugnando otros concursos.
El sector lleva muchos años trasladando a las administraciones que los teóricos ahorros en los servicios de ingeniería y arquitectura, que se consiguen con unos pliegos que obligan a las ingenierías a ofertar precios que imposibilitan la ingeniería de excelencia si quieren contratar, se terminan pagando multiplicados por 10 o por 100 a través de las incidencias que posteriormente provocan.
Tecniberia recuerda que en EEUU está prohibido por Ley (Brooks Act), adjudicar estos servicios con la más mínima intervención del precio, por las nefastas consecuencias que esa intervención produce, según demostraron las empresas de seguros. Resulta difícil explicar que, en España, para adecuar la inversión a las necesidades reales, para ahorrar en construcción, en explotación y en mantenimiento a lo largo de la vida útil de la infraestructura, es necesario invertir muchísimo más de lo que se invierte en la parte que menos recursos demanda, en los servicios de las empresas consultoras de ingeniería y arquitectura.
El sector lleva muchos años suministrando servicios por debajo de su coste y basta con ver los datos contables de sus empresas para comprobarlo. Son muchas las empresas que han desaparecido y muchas las que están al límite de hacerlo.
Es triste ver cómo los honorarios que pagan la mayoría de las administraciones son una fracción de los precios que se pagan en otros países, ver cómo la mayoría de las empresas no pueden asumir el empleo fijo, no pueden dedicar el tiempo que requiere la excelencia en sus servicios y no digamos ya formación, sostenibilidad o innovación. El primer sueldo de un ingeniero en España hace 15 años era un 50% superior al de hoy y nadie se puede sorprender al ver como el mejor talento huye de la ingeniería española., señala Tecniberia.
Y añade: “no es necesario inventar, basta con copiar lo que se hace en los países y organismos internacionales con los que debemos converger. El ideal sería llegar a la adjudicación sólo por criterios técnicos, como ocurre en EEUU o en Alemania, y pagar los servicios por tarifas o precio tasado, pero al menos se debe llegar a los procedimientos que utiliza la propia Unión Europea, el Banco Europeo de Inversiones o el Banco Mundial y el resto de los países europeos desarrollados. Nos referimos a unos honorarios orientativos que permitan realizar ingeniería de excelencia, a la utilización de la fórmula simple que utilizan todos estos organismos para valorar el precio (no la baja) y a que los criterios técnicos tengan un peso del 80% para adjudicar nuestros servicios”.
Tecniberia hace un llamamiento al apoyo de todas las empresas, especialmente a aquellas que no pertenecen a la Asociación. Es necesaria la solidaridad de todo el sector para conseguir que España sea un lugar atractivo para ejercer la profesión y frenar la sangría de profesionales y empresas que huyen a mercados donde se aprecian y valoran sus servicios.