El equipo de Seosat-Ingenio, una misión nacional española cuyo lanzamiento está previsto para el mes que viene desde el Puerto Espacial Europeo de la Guayana Francesa, ha finalizado con éxito una serie de inspecciones y controles para confirmar el buen estado del satélite, incluidos varios “ensayos de fugas”, en los que el tanque del módulo de propulsión, las válvulas y los propulsores se sometieron a la máxima sobrepresión esperada para verificar su desempeño.
El satélite de imágenes terrestres en alta resolución llegó sin contratiempos al Centro Espacial de la Guayana el 25 de septiembre, desde donde se trasladó al Complejo de Preparación de Cargas Útiles junto a su compañero de viaje, el satélite Taranis del Centro Nacional de Estudios Espaciales francés (CNES).
Desde allí, se trasladó trasladó a la nave de llenado, donde se cargó con unos 80 kilogramos de hidracina y se presurizó con gas de helio para evitar el chapoteo del combustible durante el lanzamiento y el vuelo. A continuación, se encendió el satélite, confirmando así el éxito del llenado.
Gianfranco Spinella, de la ESA, comenta que “las operaciones de llenado y presurización han concluido con el correcto encendido del satélite, lo que constituye un nuevo hito del proyecto. La cantidad de propelente cargado cubrirá 10 años de operaciones de Seosat -Ingenio, tres años más de la vida útil prevista para su misión nominal”.
Con estas operaciones queda completada la fase de preparación autónoma del satélite. La semana que viene empezará la siguiente fase de operaciones combinadas con el lanzador, aseguran desde la ESA.
Seosat -Ingenio transporta una avanzada cámara dual capaz de capturar imágenes del suelo de nuestro planeta con una resolución de 2,5 metros. Al tomar imágenes de la cubierta terrestre con un alto nivel de detalle, el satélite beneficiará a la sociedad a través de distintas disciplinas, como la cartografía, la vigilancia del uso del suelo, el desarrollo urbano y la gestión del agua.
Gracias a su capacidad para apuntar hacia los lados, el satélite puede acceder a cualquier lugar de la Tierra en un plazo de tres días, lo que puede resultar útil para trazar mapas de desastres naturales, como inundaciones, incendios y terremotos, y para brindar ayuda frente a uno de los mayores desafíos de la humanidad: el cambio climático.