Según investigaciones iniciales, realizadas durante la noche con los datos disponibles, un problema relacionado con la integración del sistema de activación de boquillas AVUM de la cuarta etapa del cohete Vega es la causa más probable de la pérdida de control del lanzador, informó Arianespace.
El martes, la empresa anunció la pérdida de la misión Vega VV17, que transportaba dos cargas útiles, Seosat-Ingenio, el satélite español de observación de ciencias de la Tierra, y Taranis para el Centro Nacional de Estudios Espaciales de Francia (CNES).
Dos meses y medio después del exitoso regreso del cohete Vega al vuelo, el lanzador despegó según lo programado el 16 de noviembre a las 22:52 (hora local en Kourou) desde el Centro Espacial de la Guayana Francesa. Las primeras tres etapas funcionaron normalmente hasta el encendido de la etapa superior AVUM, ocho minutos después de la salida de la plataforma de lanzamiento. En ese momento se detectó una trayectoria degradada, seguida de una pérdida de control del lanzador y la posterior pérdida de la misión.
El cohete Vega cayó en un área completamente deshabitada cerca de la zona de caída prevista para la etapa Zefiro 9.
De acuerdo con sus protocolos estándar, Arianespace y la Agencia Espacial Europea (ESA) establecerán este miércoles una Comisión de Investigación independiente presidida conjuntamente por Daniel Neuenschwander, director de Transporte Espacial de la ESA, y Stéphane Israël, director ejecutivo de Arianespace.
La Comisión proporcionará pruebas detalladas para explicar por qué no se tomaron medidas para identificar y corregir el error de integración. La Comisión formulará una hoja de ruta para el regreso del Vega al vuelo en condiciones de total fiabilidad. Arianespace y la ESA presentarán conjuntamente las conclusiones de esta Comisión.
Arianespace expresa sus más profundas disculpas a los clientes y fabricantes de satélites involucrados en esta misión.
Segundo fallo del cohete Vega en 16 meses
“Podemos confirmar que la misión está perdida”, dijo en la madrugada de este martes Stéphane Israël, CEO de Arianespace, desde el centro de lanzamiento de Guayana, después de que se mostrara en la pantalla un mensaje lacónico sobre una alteración de la trayectoria del cohete Vega. Es el segundo fallo de este lanzador en 16 meses.
Ocho minutos después del despegue, e inmediatamente después del encendido de la cuarta etapa del cohete Vega con el satélite español SEOSAT-Ingenio y el francés Taranis, se observó una degradación de la trayectoria, la velocidad ya no era normal. Luego se notó la ausencia de datos de telemetría sobre la posición del cohete, dando señal inequívoca de la pérdida de la misión.
«Todavía necesitamos un poco de tiempo para comprender los próximos pasos», concluyó Israël al encajar este nuevo fracaso del cohete Vega. Es el segundo fallo del pequeño cohete en tres lanzamientos. El 11 de julio de 2019, otro cohete Vega que llevaba a bordo el satélite Falcon Eye 1, perteneciente a las Fuerzas Armadas de los Emiratos Árabes Unidos, se destruyó sobre el Atlántico, debido a un fallo en la cúpula delantera del motor de segunda etapa Zefiro 23.
Este nuevo fallo de la empresa Arianespace, reconocida como la primera proveedora comercial de transporte espacial del mundo, corre el riesgo de poner a la firma francesa en dificultades en el mercado de los lanzadores pequeños.
Vega es un cohete ligero de cuatro etapas desarrollado por europeos e italianos para lanzar pequeños satélites desde el centro espacial Kourou en la Guayana Francesa. Las primeras tres etapas utilizan motores de cohete de combustible sólido y la cuarta, diseñada para llevar al satélite en una cierta órbita, utiliza el motor de propulsión ucraniano RD-843.
El 11 de julio de 2019 Vega tenía que realizar su vuelo número 15, llevando consigo el satélite Falcon Eye 1, equipado con una cámara que le permitiría fotografiar la superficie de la Tierra con una resolución de hasta 70 centímetros por píxel.
El dispositivo tenía una masa de aproximadamente 1,2 toneladas. Se suponía que el cohete lo iba a llevar a la altura de 611 kilómetros donde se ubica la órbita heliosíncrona. Inicialmente, el lanzamiento fue un éxito, pero después de la separación de la primera etapa se produjo una anomalía. Arianespace informó que ocurrió al encender el motor de la segunda etapa. Pero en la grabación del lanzamiento no se ve si el motor realmente se encendió. Según el video, la velocidad de ascenso comenzó a disminuir cuando el motor debía encenderse.
Unos minutos después, la empresa declaró que la anomalía provocó la pérdida de la misión y se disculpó con el cliente por la pérdida de la carga útil. También dijo que los expertos pronto comenzarían a analizar la telemetría para establecer las causas del incidente. Prácticamente, como ahora, 16 meses después.