Rolls-Royce tiene pensado invertir 93,5 millones de euros, durante la próxima década, para desarrollar sistemas de almacenamiento de energía (ESS) que permitirán a las aeronaves realizar vuelos sin emisiones de más de 160,9 kilómetros con una sola carga. Esta inversión supondrá la creación de cerca de 300 puestos de trabajo hasta 2030 y fortalecerá la posición del grupo como el proveedor de energía totalmente eléctrica e híbrida.
Las soluciones ESS con certificación aeroespacial de Rolls-Royce impulsarán sistemas de propulsión eléctricos e híbridos-eléctricos para eVTOL (despegue y aterrizaje eléctricos verticales) en el mercado de la movilidad aérea urbana (UAM) y aviones de ala fija, con hasta 19 asientos, para rutas de corto alcance.
Para 2035, Rolls-Royce planea integrar más de cinco millones de celdas de batería por año en sistemas modulares. Estos módulos ofrecerán niveles de densidad energética líderes en el mercado.
Rob Watson, director de Electricidad de Rolls-Royce, asegura que “esta inversión es otra demostración de nuestras ambiciones en la electrificación. Estamos desarrollando una cartera de soluciones de almacenamiento de energía para complementar nuestros sistemas de propulsión eléctrica. Esto garantizará que podamos ofrecer a nuestros clientes un sistema de propulsión eléctrica completo para su plataforma, ya sea un eVTOL o un avión de cercanías. Nos permitirá ser una ‘ventanilla única’ para los sistemas de propulsión totalmente eléctricos o híbridos, lo cual es increíblemente emocionante a medida que estos nuevos mercados se desarrollan y se expanden”.
Rolls-Royce ha estado ofreciendo soluciones de baterías durante muchos años y han diseñado 10 sistemas de baterías aeroespaciales diferentes, utilizando tecnología de celda de última generación. De estas baterías, cuatro diseños ya han volado en tres aviones, acumulando más de 250 horas de experiencia de vuelo y otros dos diseños completarán su primer vuelo en avión en 2021.