Los pilotos de un Boeing 777-300ER de la aerolínea Air France entraron en pánico en sus comunicaciones con el control de tráfico aéreo el pasado martes cuando, al intentar aterrizar en el aeropuerto Charles de Gaulle, se dieron cuenta de que el avión se desvió hacia la izquierda y no respondía a las órdenes que daban.
El vuelo AF011, que procedía del aeropuerto JFK de Nueva York, se encontraba a unos 1.000 metros de altura al llegar al aeropuerto parisino el martes por la mañana, cuando se detectó el problema. Los pilotos se vieron obligados a abortar su aterrizaje después del mal funcionamiento técnico que provocó la desviación del rumbo del avión.
La Oficina de Investigación y Análisis para la Seguridad de la Aviación Civil (BEA) de Francia, en su cuenta de Twitter recogía escuetamente: “Boeing 777 AirFrance registrado F-GSQJ el 04/05/22. ParisAeroport CDG. Inestabilidad de los controles de vuelo final. Motor y ¡al aire!. Duros controles oscilaciones de trayectoria de vuelo. BEA Aero abre una investigación de seguridad”.
El avión pudo aterrizar de manera segura en el aeropuerto parisino después de momentos de pánico en cabina, que fueron grabados por radio. Air France confirmó en un comunicado que la tripulación del vuelo “interrumpió su secuencia de aterrizaje y realizó una maniobra de motor y al aire debido a un incidente técnico durante la aproximación. La tripulación dominó la situación y aterrizó con normalidad tras una segunda aproximación”.
La aerolínea dijo “comprender y lamentar el malestar que sienten los clientes”, y recordó que la maniobra de motor y al aire está definida por las autoridades, los fabricantes de aviones y Air France “como un procedimiento normal. Las tripulaciones reciben formación y son regularmente informadas sobre estos procedimientos que utilizan todas las compañías aéreas para garantizar la seguridad de los vuelos y de los pasajeros, lo que es una necesidad absoluta para Air France”.