Debido al elevado coste del SAF, que en 2050 seguirá siendo de entre dos y cuatro veces el coste medio histórico del combustible Jet A, la industria necesitaría invertir cerca de dos billones de euros para cumplir con sus objetivos de reducción de emisiones. Esto, sumado a los elevados costes de mantenimiento de las nuevas aeronaves, podría incrementar los costes del sector a nivel mundial en un 18% para 2050, según un nuevo estudio de Bain & Company.
Las aerolíneas podrían reducir hasta un 70% sus emisiones para 2050 mejorando la eficiencia de los motores y las aeronaves, adoptando el combustible de aviación sostenible (SAF) y optimizando el funcionamiento de las aeronaves. Sin embargo, el sector presenta dificultades para alcanzar sus objetivos de cero emisiones netas en 2050.
Por todo ello, las aerolíneas que pretendan cumplir con estos objetivos comenzarán a subir los precios de sus billetes de avión en 2026 para financiar el proceso. Según la consultora, este incremento de precios reduciría la demanda mundial de viajeros prevista para 2030 en un 3,5%.
Manuel De Soto, socio de Bain & Company en Madrid, señaló que “debido al continuo aumento del tráfico aéreo, las aerolíneas se ven sometidas a una presión cada vez mayor para alcanzar sus objetivos para 2050. Además, es poco probable que muchas de las tecnologías que el sector necesita para descarbonizarse estén funcionando a gran escala en 2050. Creemos que los líderes del sector impulsarán estrategias para asegurarse el suministro de combustibles sostenibles, al tiempo que tratan de mitigar el aumento de sus costes operativos y gestionan el descenso de la demanda como resultado del aumento de precios”.
Un camino por delante
Tal y como señala Bain & Company en su informe, algunas medidas actuales como la propulsión totalmente eléctrica o las compensaciones de carbono podrían no ser suficiente para alcanzar la neutralidad de emisiones al tiempo que se satisface la demanda existente de billetes de avión. Por ello, la consultora propone algunas medidas disruptivas que las aerolíneas podrían llevar a cabo durante la próxima década:
– Estrategia para garantizar un suministro asequible de SAF: puede incluir la inversión en la producción de este combustible, al tiempo que se impulsa una regulación justa o una política de subvenciones.
– Reestructuración de planes de renovación de la flota: teniendo en cuenta el coste de la descarbonización y los cambios en la dinámica competitiva, incluidas las diferencias en la regulación de SAF entre diferentes regiones.
– Mitigar el aumento de los costes de explotación: revisión de los ciclos de renovación de la flota, aumento de la densidad de cabina, ajustes en el uso de la flota y el número de asientos, y revisión de los planes de la red.
Adicionalmente, Bain & Company destaca tres medidas gubernamentales que podrían aumentar significativamente el suministro de combustibles sostenibles: ofrecer incentivos a las refinerías de biocombustibles en lugar de al gasóleo renovable, dar prioridad a la aviación para acceder a la materia prima de los biocombustibles y dirigir el hidrógeno verde a las refinerías de SAF para optimizar su producción. Con estas políticas, la producción total de SAF alcanzaría el 60% de la demanda mundial de combustible para reactores, frente al 35% que la consultora predice en estos momentos para 2050.