El módulo de descenso de la nave espacial rusa Soyuz MS-22, que en el pasado mes de diciembre registró una fuga de refrigerante durante su estancia en la Estación Espacial Internacional (ISS) se desacopló este martes de la estación, regresó sin tripulación y realizó un aterrizaje automático asistido por paracaídas al sureste de la ciudad kazaja de Jezkazgan.
Según informa la agencia rusa Tass, la parte dañada estaba en el compartimento de instrumentos y equipos, que se había separado del vehículo de descenso como estaba previsto y se había quemado en la atmósfera.
Alrededor de 218 kilogramos de carga, incluidos los resultados de los experimentos de investigación y equipos para análisis y reutilización, regresaron a la Tierra en el módulo de descenso. De especial interés para los expertos es la batería del traje espacial que perdió carga durante una caminata espacial de Oleg Artemyev y Denis Matveyev en el pasado mes de agosto.
La Soyuz MS-22 despegó el pasado 21 de septiembre hacia la ISS con los cosmonautas de Roscosmos Sergey Prokopyev, Dmitry Petelin y el astronauta de la Nasa Frank Rubio.
El 15 de diciembre, en el circuito externo del sistema de control térmico de la Soyuz MS-22 se detectó una fuga. La comisión estatal decidió hacer regresar la nave dañada sin tripulantes. Prokopyev, Petelin y Rubio, cuya misión se ha ampliado, volarán de regreso en la nave espacial Soyuz MS-23.
Expertos en la industria espacial y de cohetes descubrieron que la Soyuz MS-22 había sido dañada como resultado del impacto esporádico de un meteorito, según informó la agencia Tass.