Astrobotic firmó el acta de defunción de su módulo de aterrizaje lunar Peregrine al ingresar en la atmósfera terrestre y caer sus restos en una zona remota del Pacífico Sur, tras el fracaso de su misión por un fallo en su sistema de propulsión. “RIP (Descanse en Paz) el aterrizador. Fue un primer esfuerzo valiente, esperemos que sus futuros intentos de aterrizaje vayan mejor”, dejó escrito en su epitafio en las redes sociales.
Como estaba previsto después de que la nave espacial registrara el fallo de su sistema de propulsión que incapacitara su llegada a la Luna, Peregrine acabó regresando hacia la Tierra y desintegrándose junto con todo su equipaje científico a bordo 10 días después de su lanzamiento.
Astrobotic, creador de Peregrine, que esperaba lograr el primer alunizaje realizado por una empresa privada, finalmente «decidió deshacerse de la nave, en lugar de dejarla vagar sin rumbo por el espacio, presentando un peligro de colisión», tal y como informó la BBC.
En esta su primera misión, Peregrine Mission One (PM1) llevaba a la Luna un conjunto diverso de instrumentos científicos, tecnologías, recuerdos y otras cargas útiles de siete países diferentes, además de la iniciativa de Servicios Comerciales de Carga Lunar (CLPS) de la Nasa. Pero después de separarse con éxito del cohete Vulcan de United Launch Alliance (ULA), el módulo de aterrizaje lunar Peregrine registró un fallo de propulsión que impidió a Astrobotic lograr una orientación estable hacia el Sol.