En su última prueba de preparación para el espacio, la nave espacial Hera de la ESA para la defensa planetaria estará operando durante unas tres semanas en el vacío, mientras se la somete a los mismos perfiles de temperatura que experimentará durante su viaje al sistema binario de asteroides Didymos. Hera se lanzará en el próximo mes de octubre.
Hera es la contribución de Europa a un experimento internacional de defensa planetaria. Tras el impacto de la misión DART con el asteroide Dimorphos en 2022, modificando su órbita y enviando una columna de escombros a miles de kilómetros al espacio, Hera regresará a Dimorphos para realizar un estudio de cerca del cráter dejado por DART. La misión también medirá la masa y composición de Dimorphos, junto con la del asteroide más grande Didymos alrededor del cual orbita Dimorphos. Hera se lanzará en octubre de 2024.
La nave espacial de 1,6 × 1,6 × 1,7 metros se deslizó dentro de la cámara de vacío térmico Phenix de 4,5 metros de diámetro y 11,8 metros de largo en el Centro de pruebas ESTEC de la ESA en los Países Bajos. “Siempre te pones un poco nervioso cuando mueven a tu bebé”, comenta Ian Carnelli, supervisor de Hera para la ESA. «En este momento estará encerrado en una caja oscura y sin aire durante semanas, pero tenemos confianza en que funcionará bien».
Se puede ver a Hera retrocedida hacia la ‘tienda térmica’ rectangular dentro de Phenix. Las seis paredes de cobre de esta caja interna se pueden calentar hasta 100 °C o enfriar mediante nitrógeno líquido hasta -190°C, todo de forma independiente unas de otras.
Después de que se cerró la puerta principal de la cámara Phenix de acero inoxidable, el aire dentro de la cámara se bombeó durante un largo proceso de 20 horas hasta aproximadamente una milmillonésima parte de la presión atmosférica exterior. Esto permitirá al equipo Hera de la ESA, a los Servicios Europeos de Pruebas que operan el Centro de Pruebas y al fabricante OHB de Hera probar el comportamiento térmico de la nave espacial a medida que cambia la temperatura a su alrededor.
El espacio es un lugar donde es posible hacer calor y frío al mismo tiempo si una parte de tu nave espacial está a la luz del sol y otra a la sombra. Y como no hay aire, no hay conducción ni convección para perder calor desde su nave espacial. En cambio, los expertos térmicos emplean aislamiento y radiadores para mantener el cuerpo de una nave espacial dentro de límites de temperatura cuidadosamente elegidos. En general, la electrónica de las naves espaciales (al igual que sus creadores humanos) funciona mejor a temperatura ambiente.
«Ya disponemos de modelos detallados del comportamiento térmico de la nave espacial y esta prueba de vacío térmico a nivel de nave espacial nos permite correlacionar estos modelos con la realidad», explica Heli Greus, director de Garantía de Producto y Seguridad de Hera.
“Se han colocado más de 400 sensores térmicos en Hera y sus alrededores para brindarnos un conocimiento preciso de lo que está sucediendo y la prueba se supervisa las 24 horas del día, los siete días de la semana en caso de que ocurra algo anómalo. La nave espacial ahora está pasando por una serie de ‘mesetas frías’ y ‘mesetas calientes’ representativas de su misión, que nos permitirán probar los límites térmicos de cada unidad específica a bordo”.