Todo preparado en Kourou, en la Guayana Francesa para el lanzamiento el próximo día 4 del cohete Vega y el satélite Sentinel-2C de la Agencia Espacial Europea (EASA), que ya han sido izados a la torre de lanzamiento en el Puerto Espacial Europeo. La misión Sentinel-2 se basa en una constelación de dos satélites idénticos, Sentinel-2A (lanzado en 2015) y Sentinel-2B (lanzado en 2017), que vuelan en la misma órbita, pero separados 180° para optimizar la cobertura y el tiempo de revisión.
Cada satélite lleva un generador de imágenes multiespectrales de alta resolución que proporciona imágenes ópticas desde la región visible hasta la región infrarroja de onda corta del espectro electromagnético. Desde una altitud de 786 kilómetros, los satélites proporcionan imágenes en 13 bandas espectrales con resoluciones de 10, 20 y 60 metros sobre una amplia franja de 290 kilómetros de ancho.
Los datos recopilados por Sentinel-2 se utilizan para una amplia gama de aplicaciones, incluida la agricultura de precisión, la monitorización de la calidad del agua, la gestión de desastres naturales y la detección de emisiones de metano.
Sentinel-2C se lanza a bordo de Vega, el ágil cohete europeo especializado en el lanzamiento de pequeñas naves espaciales científicas y de observación de la Tierra, como por ejemplo a órbitas polares heliosincrónicas, siguiendo al Sol.
Con 30 metros de altura, Vega pesa 137 toneladas en la plataforma de lanzamiento y alcanza la órbita con tres etapas impulsadas por combustible sólido antes de que la cuarta etapa de combustible líquido tome el relevo para colocar con precisión el Sentinel-2C en su órbita. Según los estándares de los cohetes, Vega es ligero y potente; las tres primeras etapas consumen todo el combustible y llevan a Vega y su satélite al espacio en solo siete minutos.
Una vez en órbita, Sentinel-2C reemplazará a su predecesor, Sentinel-2A, mientras que Sentinel-2D reemplazará posteriormente a Sentinel-2B.