Una impresora 3D estándar no puede producir nada que exceda los límites de tamaño de la propia impresora. Pero la nueva impresora 3D IMPERIAL, diseñada para ser utilizada en el espacio por un consorcio industrial de varios países europeos, puede imprimir piezas de polímero de alto rendimiento de tamaño ilimitado.
Ahora que este prototipo terrestre está completo, el siguiente paso será probarlo en órbita a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS).
Lo que también se conoce como «fabricación aditiva» es una tecnología habilitadora esencial para las misiones tripuladas en el espacio profundo. Construida para funcionar en ingravidez, lo que significa que puede funcionar boca abajo en la Tierra, esta impresora ha sido especialmente diseñada teniendo en cuenta la fabricación «fuera de la Tierra», lo que permite a los futuros exploradores espaciales producir estructuras, herramientas y piezas de repuesto según sea necesario.
El proyecto fue llevado a cabo para la ESA por un consorcio liderado por OHB en Alemania, con Azimut Space, también en Alemania; Athlone Institute of Technology, en la República de Irlanda; y BeeveryCreative, en Portugal, desarrollando la impresora 3D.