El centro francés de investigación aeroespacial Onera completó el pasado sábado en el Centro Espacial Europeo, en Kourou, la Guayana Francesa, la campaña de vuelo de prueba del avión no tripulado Eole capaz de lanzar un cohete con una gran cantidad de nanosatélites a bordo.
El avión experimental Eole despegó del Centro Espacial llevando consigo la réplica de un cohete aerotransportado, un nuevo paso en el estudio de los lanzamientos de nano satélites de bajo coste.
El objetivo del proyecto europeo llamado Altair (Air Launch Space Transportation) es, en última instancia, lanzar satélites pequeños utilizando cohetes basados en aviones automatizados y reutilizables en lugar de lanzadores pesados europeos como Ariane, a un coste más alto.
El proyecto de micro lanzador probado en Kourou está financiado por la Unión Europea con 3,5 millones de euros y Suiza con medio millón de euros y dirigido por Onera bajo la iniciativa europea H2020
«Todo funcionó bien, el avión no tripulado logró volar fuera del alcance de la vista y lanzar un modelo de cohete«, dijo un portavoz de Onera. “Hemos demostrado que era posible implementar dicho sistema. Las pruebas, que comenzaron el pasado día 4 fueron llevadas a cabo por un avión no tripulado de 7 metros de ancho de doble fuselaje, pero el proyecto prevé una aeronave con una envergadura comparable a la de un Airbus A320, con 34 metros. «Esta exitosa campaña marca el final del desarrollo de nuestro demostrador «, añadió.
Si el proyecto llega a buen término, enviará satélites de 50 a 150 kilos a órbitas bajas, entre 400 y 1.000 kilómetros de altitud. El lanzador reutilizable, que usa una propulsión híbrida y está compuesto por una estructura compuesta de alto rendimiento, podría ofrecer un servicio más competitivo que el despegue vertical de los lanzadores actuales. Sin embargo, no se espera que el cohete aerotransportado sea reutilizable.
A medida que los proyectos de pequeñas constelaciones de satélites como OneWeb, Starlink y Kuiper continúan creciendo, la carrera para reducir los costes de lanzamiento nunca ha sido más fuerte. De ahí el interés estratégico de Altair, que también incluye al Centro Francés de Estudios Espaciales (CNES), la empresa gala Bertin Technologies y varios otros actores europeos.
En este concepto de lanzador reutilizable, como en otras áreas del espacio, Europa no ha sido pionera. En el pasado mes de abril, la compañía estadounidense Stratolaunch anunció que había completado en el desierto de California el primer vuelo de prueba de su avión de 117 metros de ancho, también destinado a lanzar cohetes al espacio. Y otras empresas están considerando el uso de pequeños cohetes para el mismo segmento de mercado, como RocketLab con su lanzador Electron. Con Altair, Europa tiene la oportunidad de adquirir, dentro de unos años, una solución competitiva para poner en órbita los nano satélites.