Nueve países de la UE, entre los que no figura España, han pedido la pasada semana a la nueva Comisión Europea que introduzca un impuesto sobre la aviación en todo el territorio comunitario para conseguir un transporte aéreo más limpio y nivelar, en lo que se refiere a emisiones, a todos los países miembros.
Con ocasión de la reunión del Eurogrupo el pasado jueves, pero al margen del mismo, los ministros de Economía y Finanzas de Francia, Alemania, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Suecia, Bélgica, Bulgaria y Dinamarca han dirigido una carta a Frans Timmermans, futuro responsable comunitario de la materia como vicepresidente ejecutivo para el Plan Verde para Europa dentro del ‘gobierno’ de la Comisión Europea que presidirá Ursula von der Leyen.
Los ministros firmantes de la misma piden en su escrito «algún tipo de impuesto a la aviación», sin dar más detalles. Un impuesto a la aviación en el que «el contaminador pague un precio justo por el uso del transporte aéreo» es necesario para combatir el cambio climático. El transporte es el único sector europeo que actualmente aumenta sus emisiones, según dice la carta.
«En comparación con la mayoría de los otros medios de transporte, la aviación no tiene un impuesto suficiente«, dice la misiva y relata los beneficios que actualmente disfruta esta industria, incluidas las excepciones de los impuestos especiales y el hecho de que el IVA se aplica a los vuelos internacionales.
«Hacemos un llamamiento a la Comisión Europea para que presente una propuesta para una iniciativa de la UE sobre un gravamen a la aviación», dice la misiva cuyo impulsor más destacado es Holanda, dispuesta a establecer su propio impuesto si el ejecutivo de la UE no lo introduce en su normativa.
En el pasado mes de julio, Francia anunció un impuesto a las aerolíneas que vuelan desde sus aeropuertos para ayudar a proteger el medio ambiente, la medida que Air France dijo dañaría significativamente su competitividad y agregaría más de 60 millones de euros en costes adicionales por año. Otro de los países firmantes de la carta, Suecia, introdujo un impuesto de aviación por propia iniciativa en 2018. Alemania también ha manifestado su voluntad de gravar a la industria de la aviación con un impuesto especial.
Un informe de la UE en mayo dijo que adoptar un impuesto haría reducir las emisiones de carbono sin tener un impacto importante en el empleo. La UE prevé que las emisiones de la aviación mundial el próximo año serán alrededor de un 70% más elevadas que en 2005. Los objetivos ambiciosos para reducir las emisiones de carbono en al menos un 50% para 2030 forman parte de la agenda de la nueva Comisión Europea.