Ante las críticas generalizadas, no sólo en el Reino Unido, sino también internacionalmente, surgidas por el cierre el pasado viernes del aeropuerto británico de Heathrow, el más transitado de Europa y uno de los más importantes del mundo, los responsables del mismo han defendido y justificado su decisión: “fue necesario por seguridad”, insisten e incluso parecen echar culpas fuera de su competencia.
El CEO de Heathrow, Thomas Woldbye, dijo durante el fin de semana que el aeropuerto tuvo que reiniciar de manera segura millares de sistemas, desde las cintas transportadoras de equipaje hasta los puentes aéreos y pareció trasladar parte de la culpa a la empresa energética suministradora.
Pero, por su parte, John Pettigrew, CEO de National Grid, la empresa energética que opera en el Reino Unido, dijo al “Financial Times” que, si bien un incendio sin precedentes destruyó la subestación North Hyde, otras dos que prestaban servicio a Heathrow estuvieron trabajando durante el incendio de la primera. “No faltó capacidad en las subestaciones”, añadió.
Como informamos ayer mismo en este diario, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ante el cierre el pasado vienes de Heathrow se preguntaba escandalizada “¿cómo es posible que una infraestructura crítica, de importancia nacional e internacional, dependa totalmente de una única fuente de energía sin alternativas?”
Pero ha sido el propio gobierno británico, como ha publicado Actualidad Aeroespacial este lunes, a través del ministro de Energía del Reino Unido, Ed Miliband, el que ha ordenado al Operador del Sistema Nacional de Energía (NESO) que investigue urgentemente el incidente del corte de energía que afectó al aeropuerto de Heathrow y sus alrededores. Se espera que NESO informe con los hallazgos iniciales dentro de seis semanas.
“Es imperativo que identifiquemos cómo ocurrió este corte de energía y aprendamos de ello para garantizar que una parte vital de la infraestructura nacional siga siendo resistente”, remató la ministra de Transporte, Heidi Alexander.