La misión del asteroide Hera de la Agencia Espacial Europea (ESA) se prepara con novedosas herramientas solares, marcando un hito trascendental en la exploración y defensa planetaria. Las alas solares, habilitadas para operar en las condiciones más extremas, han recibido la autorización para volar, desencadenando un proceso de pruebas innovador en el Centro de Pruebas ESTEC de la ESA, en los Países Bajos.
El proceso de despliegue, meticulosamente ordenado una a una, imita la secuencia que seguirán en el espacio, conocida como «implementación en caliente». Este despliegue, similar a un ballet cósmico, es crucial para la funcionalidad de la nave y su capacidad de recolectar energía solar.
Las dimensiones de la nave, que equivalen a una furgoneta, albergan dos alas solares de cinco metros de largo cada una, compuestas por tres paneles articulados. Este diseño ofrece una superficie total de alrededor de 14 metros cuadrados y más de 1.600 células solares ensambladas meticulosamente por Azur Space en Alemania. Estas células, fabricadas con precisión, fueron luego conectadas y organizadas en configuraciones funcionales por expertos de Leonardo en Suiza.
El desafío de diseñar estas alas solares radica en su capacidad para operar en un rango térmico extremo, desde -100°C hasta +140°C, incluso cuando se encuentren en las regiones más distantes del Sol, más allá de la órbita de Marte. En estas áreas remotas, la nave recibirá solo una fracción mínima de la luz solar, aproximadamente el 17% en comparación con los satélites terrestres. A pesar de estas condiciones, se espera que los paneles solares generen alrededor de 800 vatios, suficientes para alimentar un dispositivo de tamaño similar a un horno microondas.
Mientras Hera se somete a pruebas exhaustivas, sus alas solares, delicadamente plegadas a su cuerpo y resguardadas bajo paneles protectores durante la mayor parte del tiempo, necesitaron someterse a la prueba crucial de despliegue en caliente. Esta fase es vital para garantizar la autonomía de la nave una vez que ingrese en órbita, ya que deberá extender sus alas y comenzar a recolectar la energía vital del sol. Previamente, se realizó un despliegue en frío en septiembre, iniciado manualmente para evaluar la respuesta de las alas en condiciones diferentes. Durante estas pruebas, un marco especial sostuvo las alas solares, diseñadas para funcionar en entornos de ingravidez.
Hera, más que una simple exploradora espacial, es la contribución europea a un esfuerzo internacional de defensa planetaria. Tras el impactante evento del año pasado protagonizado por la misión DART, que alteró la órbita del asteroide Dimorphos y desencadenó una lluvia de escombros en el espacio, Hera se prepara para regresar a este asteroide y estudiar de cerca el cráter dejado por la colisión. Además, se espera que esta misión proporcione datos cruciales sobre la masa y composición tanto de Dimorphos como de su asteroide anfitrión más grande, Didymos. El lanzamiento de Hera está programado para octubre de 2024, marcando un hito en la exploración espacial.
El Centro de Pruebas ESTEC, operado por European Test Services para la ESA, representa un bastión clave en Europa para la evaluación de satélites. Esta instalación de vanguardia ofrece una amplia gama de equipos y recursos bajo un mismo techo, consolidando su posición como el epicentro de la innovación y las pruebas espaciales en el continente.