La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) de EEUU, que investiga el accidente del helicóptero Bell 206L-4, N216MH en el que murieron el pasado viernes 10 de abril los cinco miembros de una familia española y el piloto de la aeronave, espera tener un informe preliminar el próximo 10 de mayo y publicar el informe final en un plazo de 12 a 24 meses, anunció en un primer comunicado.
Las víctimas son Agustín Escobar, CEO de Rail Infrastructure en Siemens Mobility; su esposa, Mercè Camprubí Montal, quien ocupaba la dirección de Comercialización Global en Siemens Energy; y sus tres hijos, de 11, 5 y 4 años. Familiares del matrimonio Escobar-Camprubí se han desplazado a Nueva York para cumplir con todos los trámites y repatriar los cuerpos a casa, según informó en la red social X Joan Camprubí Montal, hermano de Mercè.
El piloto era Sean Johnson, un veterano SEAL de la Marina de 36 años. La presidenta de la NTSB, Jennifer Homendy, en una rueda de prensa el pasado viernes dijo que la agencia tiene los libros de registro de Johnson y confirmó que tenía un certificado de piloto comercial con calificaciones para helicópteros e instrumentos. «El piloto reportó 450 horas de experiencia total de vuelo en su último certificado médico, emitido el 20 de septiembre de 2024», declaró Homendy.
En su primer comunicado, la NTSB relató las circunstancias del accidente: “El 10 de abril de 2025, aproximadamente a las 15:15, hora del este, un helicóptero Bell 206L-4, N216MH, descendió rápidamente en el río Hudson en Jersey City, Nueva Jersey. Los seis ocupantes resultaron heridos mortales. El helicóptero era operado por New York Helicopters como parte del Título 14 del Código de Regulaciones Federales, Parte 91”.
“Los investigadores de la NTSB se encuentran en el lugar documentando los restos, recopilando pruebas y entrevistando a testigos. Las autoridades locales continúan la búsqueda de los componentes desaparecidos de la aeronave. Todos los aspectos de este accidente siguen bajo investigación”, añadió el primer comunicado.
En un comunicado posterior, la NTSB informó que “el helicóptero no estaba equipado con registradores de vuelo. No se han recuperado grabadoras de vídeo ni cámaras a bordo, y ningún sistema de aviónica a bordo registró información que pudiera utilizarse para la investigación”.
Los investigadores de la NTSB se reunieron con representantes de la operadora del helicóptero para revisar los registros operativos, las políticas y los procedimientos, los sistemas de gestión de la seguridad y la experiencia del piloto. Los investigadores también examinaron dos helicópteros de prueba.
La última inspección importante del helicóptero accidentado tuvo lugar el 1 de marzo. Antes del accidente, el helicóptero había realizado siete vuelos de prueba. El accidente ocurrió durante el octavo vuelo del día. Las partes en la investigación incluyen, además de la NTSB, la Administración Federal de Aviación (FAA), Bell Helicopter y Rolls Royce.
Los restos del helicóptero Bell 206 L-4 que se estrelló en el río Hudson el pasado jueves continuaron siendo recuperados por buzos el sábado mientras los investigadores de la NTSB comenzaron a evaluar el sistema de control de vuelo del helicóptero en una ubicación segura. Buzos del Departamento de Policía de Nueva York continúan la búsqueda del rotor principal, la caja de engranajes principal, el rotor de cola y gran parte del brazo de cola del helicóptero. Se está utilizando un sonar de barrido lateral para identificar posibles ubicaciones de los restos. Las operaciones de recuperación continuaron el domingo.
Se ha recuperado el fuselaje principal, incluyendo la cabina de mando y la cabina de pasajeros, la parte delantera del tubo de cola, las aletas del estabilizador horizontal y la aleta vertical. Algunas de las piezas recuperadas se enviarán a los laboratorios de la NTSB en Washington para una inspección más detallada.
La compañía propietaria del helicóptero dejó de operar
New York Helicopter Tours, la compañía a la que pertenecía el helicóptero en el que perdieron la vida los cinco miembros de la familia española Escobar-Camprubí en el accidente mortal en el Hudson la pasada semana, ha dejado de operar, según informó el domingo la Administración Federal de Aviación (FAA) de EEUU.
“Seguiremos apoyando la investigación de la NTSB. Además, la FAA iniciará de inmediato una revisión de la licencia y el historial de seguridad del operador turístico”, añadió la agencia.
Por último, sobre el tema de la seguridad de los helicópteros en general: la FAA ya está analizando los puntos críticos de aviones y helicópteros en todo el país, y organizaremos un panel de seguridad de helicópteros el 22 de abril para discutir los hallazgos, los riesgos y las opciones de mitigación adicionales. La seguridad es la prioridad número uno de la FAA y no dudaremos en actuar para proteger al público que vuela, concluyó la agencia federal norteamericana.