La Nasa y Boeing continúan trabajando en la certificación del CST-100 Starliner como sistema de transporte de tripulación, tras el vuelo de prueba con astronautas a la Estación Espacial Internacional (ISS). Equipos conjuntos están resolviendo anomalías detectadas en vuelo y preparando pruebas del sistema de propulsión, con el objetivo de programar la próxima misión del Starliner.
Desde el regreso seguro de la cápsula Starliner a la Tierra, la Nasa y Boeing han completado el análisis de datos post-vuelo, cerrando más del 70% de las observaciones y anomalías detectadas. Sin embargo, algunos problemas en el sistema de propulsión seguirán abiertos hasta 2025, a la espera de pruebas en tierra y posibles mejoras en el diseño.
Entre las acciones en marcha, se encuentra una serie de pruebas en el White Sands Test Facility (Nuevo México), donde se evaluarán encendidos de los propulsores principales en un entorno integrado. Estos ensayos servirán para validar modelos térmicos y determinar la necesidad de mejoras en el sistema de propulsión y la protección térmica de la nave. Se estudia la incorporación de barreras térmicas en el compartimento de propulsión y ajustes en los perfiles de encendido de los propulsores para evitar sobrecalentamientos. Paralelamente, se están probando nuevas soluciones para mitigar fugas en el sistema de helio.
Según Steve Stich, director del Programa de Tripulación Comercial de la Nasa, el calendario definitivo de la siguiente misión del Starliner dependerá de los resultados de estas pruebas. “Una vez superadas estas campañas de ensayo, tendremos una mejor idea de cuándo podremos programar el próximo vuelo de Boeing”, explicó Stich. La agencia prevé completar la certificación a finales de año y coordinar la misión dentro del calendario operativo de la ISS. El vuelo podría producirse a finales de 2025 o principios de 2026.
La siguiente misión de Starliner será una operación post-certificación con capacidad de transporte de tripulación, aunque la Nasa mantiene abierta la posibilidad de utilizarlo para carga, dependiendo de las necesidades de la ISS.
El Programa de Tripulación Comercial de la Nasa busca garantizar un acceso seguro y fiable al espacio mediante el desarrollo de dos sistemas distintos de transporte humano. Con la futura certificación de Starliner, Estados Unidos contará con una alternativa adicional para el envío de astronautas y suministros a la ISS, reforzando su estrategia de transporte espacial comercial.