La Nasa ha seleccionado dos propuestas de misiones para observar longitudes de onda de rayos X e infrarrojos lejanos de la luz del espacio para una revisión adicional, anunció la agencia el jueves. Cada equipo de propuestas recibirá cinco millones de dólares para realizar un estudio conceptual de la misión de 12 meses. Después de una evaluación detallada de esos estudios, la Nasa espera seleccionar un concepto en 2026 para proceder con la construcción, con miras a un lanzamiento en 2032.
La misión resultante será la primera de una nueva clase de misiones astrofísicas de la Nasa dentro del Programa Explorers de la agencia, que ya lleva mucho tiempo en marcha. La nueva clase de misión, Probe Explorers, llenará un vacío entre las misiones emblemáticas y las de menor escala en la exploración de los secretos del universo por parte de la Nasa.
“El Programa de Exploradores de la Nasa presenta algunas de las ideas más creativas para misiones que nos ayudan a revelar lo desconocido sobre nuestro universo. Establecer esta nueva línea de misiones –la más grande en la que haya participado nuestro programa de Astrofísica– ha llevado esa creatividad a nuevas alturas”, dijo Nicola Fox, administradora asociada de la Dirección de Misiones Científicas en la sede de la Nasa en Washington. “Ambos conceptos seleccionados podrían permitir una ciencia innovadora que responda a las principales prioridades astrofísicas de la década, desarrollar tecnologías clave para futuras misiones emblemáticas y ofrecer oportunidades para que toda la comunidad utilice el nuevo observatorio, para el beneficio de todos”.
La Encuesta Decenal 2020 de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina, Pathways to Discovery in Astronomy and Astrophysics for the 2020s, recomendó que la Nasa estableciera esta nueva clase de misión, con la primera misión observando longitudes de onda de luz de rayos X o infrarrojos lejanos. Los costes de misión para las nuevas sondas exploradoras están limitados a 1.000 millones de dólares cada una, sin incluir el coste del cohete, los servicios de lanzamiento ni ninguna contribución.
La Nasa evaluó las propuestas de Probe Explorers en función de su mérito científico en consonancia con las recomendaciones del Decadal Survey, la viabilidad de los planes de desarrollo y el uso de tecnologías que podrían respaldar el desarrollo de futuras misiones de gran envergadura.
Las propuestas seleccionadas son:
– Satélite de imágenes avanzadas de rayos X. Esta misión sería un observatorio de imágenes de rayos X con un campo de visión amplio y plano y una alta resolución espacial. Estudiaría las semillas de los agujeros negros supermasivos; investigaría el proceso de retroalimentación estelar, que influye en la evolución de las galaxias; y ayudaría a determinar las fuentes de energía de una variedad de fenómenos explosivos en el cosmos. El observatorio se basaría en los éxitos de los observatorios de rayos X anteriores, capturando nuevas capacidades para la obtención de imágenes de rayos X y la espectroscopia de imágenes.
– Misión de sonda de infrarrojo lejano para astrofísica. Este observatorio sería un telescopio de 1,8 metros que estudiaría las longitudes de onda del infrarrojo lejano, ayudando a cerrar la brecha entre los observatorios infrarrojos existentes, como el telescopio espacial James Webb de la NASA, y los radiotelescopios. Al estudiar la energía radiante que solo emerge en el infrarrojo lejano, la misión abordaría preguntas sobre los orígenes y el crecimiento de los planetas, los agujeros negros supermasivos, las estrellas y el polvo cósmico.