La Nasa prepara la prueba de interrupción de vuelo del cohete Falcon 9 y la nave espacial Crew Dragon de SpaceX que se llevará a cabo en fecha aún no determinada para después del próximo día 1 de diciembre desde el histórico Launch Complex 39A en el Centro Espacial Kennedy de la Nasa en Florida.
La nave espacial Crew Dragon de SpaceX que se usará para la prueba de interrupción de vuelo llegó el pasado 1 de octubre al hangar que la empresa tiene en el Launch Complex 39 en el Centro Espacial Kennedy de la Nasa.
La prueba demostrará la capacidad de la nave espacial y del sistema de lanzamiento para abortar en el improbable caso de una emergencia después del despegue. Es un paso importante antes de que los astronautas de la Nasa Bob Behnken y Doug Hurley sean transportados a la Estación Espacial Internacional (ISS) a bordo del Crew Dragon como parte del Programa de la tripulación comercial de la Nasa.
Esta será una de las principales pruebas finales de la compañía antes de que los astronautas de la Nasa vuelen a bordo de la nave espacial Crew Dragon. Como parte de la prueba, SpaceX configurará la nave espacial para desencadenar un escape de lanzamiento poco después del despegue y demostrará la capacidad de Crew Dragon para separarse con seguridad del cohete en el improbable caso de una emergencia en vuelo.
La prueba también proporcionará datos valiosos para que la Nasa certifique el sistema de transporte de la tripulación de SpaceX para llevar astronautas hacia y desde la ISS.
El Programa de tripulación comercial de la Nasa está trabajando con la industria aeroespacial estadounidense a través de una asociación público-privada para lanzar astronautas en cohetes y naves espaciales estadounidenses desde suelo estadounidense por primera vez desde 2011.
El objetivo del programa es el transporte seguro, fiable y rentable a y desde la ISS, que podría permitir un tiempo de investigación adicional y aumentar la oportunidad de descubrimiento a bordo del banco de pruebas de la humanidad para la exploración. La estación espacial sigue siendo el trampolín para el próximo gran salto de exploración de la Nasa, incluidas las futuras misiones a la Luna y, finalmente, a Marte.