“NATS tiene preguntas cruciales que responder sobre su responsabilidad en este fiasco. El fracaso de este servicio esencial es inaceptable y pone en duda la supervisión de la CAA, que debe revisar el plan de resiliencia NATS según los términos de su licencia”, ha dicho Willie Walsh, director general de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA),
“Este incidente es otro ejemplo más de por qué el sistema de derechos de los pasajeros no es adecuado para su propósito. Las aerolíneas soportarán importantes sumas en concepto de gastos de atención y asistencia, además de los costes de la alteración de los horarios de la tripulación y de los aviones. Pero a NATS no le costará nada”, ha añadido Walsh.
“Los responsables políticos del Reino Unido deberían tomar nota”, ha apuntado el director general de la IATA. “Es necesario reequilibrar el sistema de derechos de los pasajeros para que sea justo para todos con incentivos eficaces. Hasta que eso suceda, me temo que veremos un fracaso continuo en mejorar la fiabilidad, la eficiencia de costes y el desempeño ambiental del control del tráfico aéreo. El sistema actual no protege a los pasajeros. Les duele”, concluyó Willie Walsh.