La Agencia Espacial Europea (ESA) está liderando un proyecto que podría cambiar para siempre la forma en que se obtiene energía: Solaris. Esta iniciativa busca desarrollar tecnología satelital capaz de capturar la energía del Sol en el espacio y enviarla de forma inalámbrica a estaciones receptoras en la Tierra. Con Solaris, se abre la posibilidad de contar con una fuente de energía limpia y escalable que podría respaldar a las energías renovables dependientes del clima y eliminar nuestra dependencia de los combustibles fósiles.
Sanjay Vijendran, líder de Solarisen la ESA, señala que la demanda energética mundial, junto con el impacto del cambio climático, hace necesario contar con fuentes de energía confiables y escalables. Capturar la energía solar en el espacio, donde está disponible de forma continua y sin verse afectada por la cobertura de nubes u otras condiciones atmosféricas, se presenta como una solución prometedora.
Solaris, en colaboración con empresas como Thales Alania Space Italy y la compañía de energía renovable ENEL, está trabajando en el diseño de un sistema que utilice ondas de radio para enviar energía de manera continua a la Tierra. Esta tecnología se basa en los principios de las telecomunicaciones, pero a una escala mucho mayor. Sin embargo, aún hay desafíos técnicos importantes que superar para hacer realidad esta visión.
Además del concepto de radiofrecuencia, Solaris está considerando la posibilidad de utilizar grandes espejos en el espacio para reflejar la luz solar hacia los parques solares terrestres. Esta alternativa, que presenta menos desafíos técnicos, podría ser una etapa inicial en el camino hacia el despliegue de satélites de energía solar de radiofrecuencia.
El camino hacia la energía solar basada en el espacio está lleno de desafíos, desde la logística de ensamblar y mantener vastos parques solares en órbita hasta mitigar los riesgos asociados con los desechos espaciales y las condiciones climáticas del espacio. Sin embargo, los avances recientes en sistemas de lanzamiento reutilizables, robótica y transmisión de energía inalámbrica ofrecen esperanzas para superar estos obstáculos.
La ESA está trabajando en colaboración con la industria espacial, empresas de energía y gobiernos para explorar el enorme potencial de la tecnología de satélites de energía solar. Con Solaris, la cuenta regresiva hacia un futuro alimentado por el sol ha comenzado, y su implementación podría comenzar tan pronto como en la década de 2030.