Francia descarta el nuevo impuesto ecológico al sector de la aviación que propone la Convención Ciudadana por el Clima (CCC), un organismo ciudadano creado bajo el presidente Macron, según revelaron la pasada semana al diario Les Echos el ministro de Economía y Hacienda, Bruno Le Maire, y el ministro delegado a cargo de las Cuentas Públicas, Olivier Dusslopt, al abordar las previsiones del Gobierno para el presupuesto del año próximo.
Ante las propuestas de una serie de medidas para frenar las emisiones de la aviación comercial, incluido un impuesto ecológico sobre los billetes emitidos en Francia, para recaudar 4.200 millones de euros anuales, el ministro Le Maire declaró: “¡Alto a los nuevos impuestos! El sector aeronáutico está devastado; miles de puestos de trabajo y pequeñas empresas subcontratistas están amenazadas. ¡Sería una tontería quitarle al sector del transporte aéreo con una mano lo que le damos con la otra! ¡Seamos coherentes!”.
El titular francés de Economía también se siente satisfecho con la política del Gobierno de revertir la tendencia de desindustrialización del país. “¡No cambiemos la política!” Al contrario, aceleremos nuestra transformación económica para preparar a Francia para 2030. En el hidrógeno, por ejemplo, estamos optando por invertir 7.000 millones de euros para desarrollar la capacidad de producción francesa en lugar de apoyar el consumo”.
La Autoridad de Aviación Civil de Francia (DGAC) estima que, si se llevara a cabo la propuesta de la CCC, se producirían pérdidas de 150.000 puestos de trabajo y costaría a la economía francesa entre 5.000 y 6.000 millones de euros en pérdida de PIB.
Frente a esos costes económicos y sociales, las medidas reducirían las emisiones en 3,5 millones de toneladas al año, menos del 1% de las emisiones totales de Francia, señala la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) y apunta que “Francia ya tiene algunos de los impuestos de aviación más elevados de Europa”.
“Esta propuesta no se puede tomar en serio. No es el momento de añadir 6.000 millones de euros y 150.000 puestos de trabajo perdidos a la destrucción económica que ya está sufriendo el sector de la aviación francés por el Covid-19. Y prácticamente eliminará los 160.000 puestos de trabajo que el gobierno está intentando crear con 100.000 millones de euros en su plan de relanzamiento económico. En esta época de crisis, necesitamos políticas coherentes que salven puestos de trabajo, no políticas que los destruyan”, ha dicho Alexandre de Juniac, director general de IATA.
La industria de la aviación tiene compromisos globales para descarbonizar. A partir de 2021, el sector está comprometido con un crecimiento neutral en carbón, y las aerolíneas a nivel mundial están trabajando para reducir la huella de carbono neta del sector a la mitad de los niveles de 2005 para 2050.
Además, las aerolíneas están sujetas al esquema europeo de comercio de emisiones para operaciones intraeuropeas.
“Si Francia impone este impuesto nacional unilateral debilitante, podría poner en peligro el CORSIA, un esquema internacional que mitigará 1.000 millones de toneladas de emisiones de carbono. El impacto ambiental neto de la propuesta de la CCC será horrendo si hacerlo les da a los grandes emisores o naciones en desarrollo una excusa para no apoyar a CORSIA”, añadió de Juniac.