La pequeña mancha central de la fotografía adjunta es la primera imagen de una nave espacial en su camino a casa, llevando consigo una muestra de un asteroide de cientos, si no miles de millones de años. La nave espacial es OSIRIS-REx de la Nasa y el asteroide es Bennu.
El próximo domingo, la misión dejará caer su muestra rocosa para que atraviese la atmósfera de la Tierra y aterrice de manera segura en casa, antes de continuar estudiando el alguna vez aterrador asteroide Apophis.
Observado el pasado sábado por el telescopio de la Estación Óptica Terrena (OGS) de la ESA en Tenerife, OSIRIS-REx se encontraba a 4,66 millones de kilómetros de la Tierra. Esta imagen es una combinación de 90 imágenes individuales, cada una con exposiciones de 36 segundos. Se han combinado de una manera que tiene en cuenta el movimiento de la nave espacial, que no viaja en línea recta, lo que hace que las estrellas del fondo aparentemente estiradas se curven y deformen.
El telescopio OGS de un metro de la ESA se construyó originalmente para observar desechos espaciales en órbita y probar tecnologías de comunicación láser, pero desde entonces amplió sus horizontes para realizar estudios y observaciones de seguimiento de asteroides cercanos a la Tierra y realizar observaciones astronómicas nocturnas e incluso ha descubierto decenas de planetas menores.
Para esta observación, el Centro de Coordinación de Objetos Cercanos a la Tierra (NEOCC) de la ESA tomó las riendas y la dirigió hacia el explorador de asteroides que regresaba. El NEOCC, parte de la Oficina de Defensa Planetaria de la Agencia, es un poco como el seleccionador de asteroides de Europa y es aquí donde sus expertos están escaneando los cielos en busca de rocas espaciales peligrosas, calculando sus órbitas y calculando su riesgo de impacto.