En un contexto donde la inflación ha impactado de manera transversal a la mayoría de las industrias, el segmento de la aviación general presenta una dinámica particular: un equilibrio cada vez más complejo entre el aumento sostenido de los costes operativos y el mantenimiento de primas competitivas por parte de las aseguradoras. Esta presión constante, impulsada por la competencia en el mercado y una oferta abundante, está marcando un período de ajustes en lugar de transformaciones radicales.
Así lo recoge el informe Situación del Mercado Asegurador, elaborado por WTW, que asegura que, durante los últimos 24 meses, los operadores de aviación general han enfrentado un aumento progresivo en los costes asociados a sus operaciones. Este fenómeno ha afectado especialmente a actividades como los trabajos aéreos, que presentan un perfil técnico exigente y un componente logístico intensivo. A esto se suman factores más amplios como el encarecimiento de repuestos, la escasez de mano de obra técnica y los efectos de la cadena de suministro global.
Hacer frente a una nueva situación
Ante este panorama, la inflación de siniestros, es decir, el aumento en los costes de reparación o indemnización por daño, se ha convertido en una de las principales preocupaciones de las aseguradoras. Esta variable influye de manera directa en la creación de modelos de precios, ya que las indemnizaciones tienden a incrementarse, no tanto por el número de siniestros, sino por los costes relacionados con su resolución.
A pesar de esta situación, la capacidad del mercado se mantiene estable, lo que ha impedido que los aumentos de tarifas se trasladen a los clientes. La competencia entre (re)aseguradoras, especialmente por cuentas con buenos historiales de pérdida, una sólida cultura de seguridad y la formación continua de pilotos ha contribuido a contener la presión alcista. En muchos casos, las aseguradoras están asumiendo parte de estos mayores costes como una estrategia para preservar cuota de mercado y fortalecer relaciones comerciales de largo plazo.
Esta dinámica genera un punto de tensión estructural, ya que, si bien el mercado es capaz de absorber parcialmente los incrementos, esta absorción no puede sostenerse indefinidamente sin afectar los márgenes técnicos o sin provocar ajustes más severos en el mediano plazo. Por ahora, los aseguradores gestionan este equilibrio con movimientos moderados, aplicando aumentos graduales y enfocados, especialmente en cuentas que muestran mayor exposición o peor siniestralidad.
Otro factor que identificamos desde WTW y que contribuye a este contexto competitivo es el mayor apetito por nuevos tipos de operaciones. Algunos riesgos que anteriormente recibían un interés limitado están encontrando hoy más ofertas y mejores condiciones, impulsados por una capacidad que necesita colocarse. Esta apertura beneficia a operadores que apuestan por la diversificación o la innovación, aunque también obliga al mercado a ser más selectivo en la evaluación de cada riesgo.
En paralelo, las preocupaciones relacionadas con la geopolítica y las reclamaciones pendientes, como las derivadas del conflicto Rusia-Ucrania, siguen generando incertidumbre en segmentos específicos del mercado. No obstante, en el caso de la aviación general, estos factores aún no se han traducido en restricciones significativas para la mayoría de las operaciones estándar.
En definitiva, el mercado de seguros de aviación general se encuentra en una etapa de equilibrio delicado. Las aseguradoras se enfrentan al reto de mantener la competitividad en un entorno donde los costes de reparación y operación continúan en ascenso, pero en el que la sobreoferta de capacidad limita su margen de maniobra en términos de precios.
La tensión entre inflación y tarifas estables puede no ser visible de inmediato, pero es una variable que está moldeando las decisiones técnicas, comerciales y estratégicas en este segmento. El desarrollo de este equilibrio estará condicionado en parte por la situación macroeconómica global, la habilidad de las aseguradoras para adaptar modelos y la disposición del mercado para mantener condiciones favorables sin poner en riesgo su estabilidad financiera.
Además, no es descartable un mayor endurecimiento durante el Q2 como consecuencia de la siniestralidad en otros subsegmentos de la aviación y de las primeras sentencias de las aeronaves rusas. Aparte, Lloyd’s ha puesto el sector aeronáutico en lo más alto de su agenda de medidas correctoras para 2025 y, de hecho, su CUO, Rachel Turk, afirmaba el mes pasado que el mercado de la aviación se enfrenta a cuestiones urgentes que requieren intervención: calificando así la tarificación de “ciertamente inadecuada” y la estrategia de ciertos sindicatos como “ilógica”.