El constructor aeronáutico norteamericano obtuvo en los nueve primeros meses del año unos beneficios netos de 374 millones de dólares frente a los 7.036 millones de dólares del mismo periodo del año anterior, lo que supone un 95% menos, que refleja la disminución en las entregas del 737, según los resultados presentados este miércoles.
La facturación de los nueve primeros meses del año se resintió igualmente debido a la crisis del B737 MAX alcanzando los 58.648 millones de dólares frente a los 72.786 millones ingresados en el mismo periodo del año anterior, lo que supone un descenso del 19%.
En el tercer trimestre, Boeing obtuvo unos ingresos de 19.980 millones de dólares frente a los 25.146 millones de dólares del mismo periodo del año anterior, lo que supone un descenso del 21%. El beneficio neto en el tercer trimestre fue de 1.167 millones de euros frente a los 2.363 millones de dólares del mismo trimestre de 2018, lo que supone un 51% menos.
Los ingresos de la división de Commercial Airplanes en el tercer trimestre se elevaron a 8.200 millones de dólares, lo que refleja las menores entregas del 737.
La división de Commercial Airplanes entregó 62 aviones durante el trimestre. Dado el entorno actual del comercio mundial, la tasa de producción del 787 se reducirá a 12 aviones al mes durante aproximadamente dos años a partir de finales del 2020. El programa 777X va avanzando en las pruebas previas al primer vuelo y sigue bien encaminado para su primer vuelo a principios de 2020. La compañía tiene ahora como objetivo realizar la primera entrega del 777X a principios de 2021.
Commercial Airplanes captó pedidos netos valorados en 5.000 millones de dólares durante el trimestre, incluidos pedidos de 20 aviones 787 para Korean Air, ocho aviones 787 para Air New Zealand, y seis cargueros 777 para China Airlines. La cartera de pedidos de Commercial Airplanes incluye casi 5.500 aviones por un valor de 387.000 millones de dólares.