BAE Systems asegura que su avión no tripulado que funciona con energía solar, Phasa-35, ha realizado su primer vuelo, que allana el camino para que esta aeronave se convierta en un actor fundamental en el mercado aéreo y especial, reduciendo la brecha entre la tecnología de los aviones y los satélites.
Diseñado para operar sin tripulación en la estratosfera, por encima del clima y el tráfico aéreo convencional, Phasa-35 ofrece una alternativa persistente y asequible a los satélites combinada con la flexibilidad de un avión, que podría utilizarse para una gama de aplicaciones valiosas, incluida la detección de incendios forestales y vigilancia marítima.
Phasa-35, con una envergadura de 35 metros, ha sido diseñado, construido y puesto a prueba en menos de dos años como parte de una colaboración entre BAE Systems y Prismatic. Patrocinado por el Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa del Reino Unido (DSTL) y el grupo de Ciencia y Tecnología de Defensa de Australia (DSTG), las exitosas pruebas de vuelo tuvieron lugar en el Campo de Pruebas Woomera de la Real Fuerza Aérea Australiana (RAAF) en Australia del Sur.
“Se trata de la culminación de los esfuerzos de un equipo colaborativo de expertos británicos de Prismatic en Hampshire, donde se construyeron dos aviones conceptuales de tamaño completo el año pasado, trabajando junto a nuestros ingenieros en Lancashire, donde el avión se sometió a pruebas de integración adicionales antes de las pruebas de vuelo”, aseguran desde la compañía.
Como vehículo de alta resistencia a larga altitud (HALE), el Phasa-35 funciona con el sol durante el día y con baterías durante la noche. La batería de larga duración y la tecnología solar altamente eficiente podrían permitir que la aeronave mantenga el vuelo durante un año operando en la estratosfera, las regiones superiores de la atmósfera de la Tierra.
Phasa-35 está diseñado para proporcionar una plataforma estable y persistente para aplicaciones de monitorización, vigilancia, comunicaciones y seguridad. Cuando se conecta a otras tecnologías y activos, proporcionará a los clientes militares y comerciales capacidades que actualmente no están disponibles en las plataformas aéreas y espaciales existentes. El vehículo aéreo no tripulado también tiene el potencial de ser utilizado en la entrega de redes de comunicaciones que incluyen 5G, así como también proporcionar otros servicios, como ayuda en caso de desastres y protección de fronteras, a una fracción del costo de los satélites.
Ian Muldowney, director de Ingeniería en BAE Systems, explica que “pasar del diseño al vuelo en menos de dos años demuestra que podemos enfrentar el desafío que el gobierno del Reino Unido ha establecido para que la industria entregue un sistema de combate aéreo futuro en la próxima década”.