El nuevo informe del Instituto de Investigación de Capgemini, titulado «La ventaja estratégica: Cómo la continuidad digital impulsa los resultados empresariales en el sector aeroespacial y de defensa», revela que la continuidad digital se está consolidando como una prioridad estratégica para la transformación del sector en un entorno cada vez más disruptivo.
El estudio, basado en encuestas a ejecutivos del sector, muestra que más del 80% de los líderes considera que integrar de forma fluida los datos a lo largo del ciclo de vida del producto —y con socios externos— es fundamental para lograr ventaja competitiva. Según las conclusiones, el 77% de las empresas cree que mejorar su continuidad digital acelerará el proceso de industrialización, reduciendo el tiempo de comercialización en un 13% de media.
En 2024, las empresas del sector destinaron de media un 2,1% de sus ingresos anuales a iniciativas de continuidad digital. En un contexto marcado por la presión inflacionista, tensiones geopolíticas y cadenas de suministro frágiles, se espera que esta inversión crezca hasta el 3,4% en 2028.
“La continuidad digital no es solo una apuesta tecnológica, sino una necesidad estratégica. Permite mejorar la eficiencia operativa, reducir los plazos de desarrollo y fomentar una cultura de colaboración más eficaz”, apunta Lee Annecchino, responsable global del sector aeroespacial y de defensa en Capgemini. “Su adopción requiere un enfoque integral que combine interoperabilidad de sistemas, buena gestión de datos y una política clara de gestión del cambio”, añade.
El informe refleja que la continuidad digital ya está generando beneficios cuantificables. Un 34% de las organizaciones del sector ha logrado reducir sus costes operativos, con una media del 13%, gracias a una mejor integración de datos. Otro 30% ha acortado el tiempo necesario para llevar productos al mercado, mientras que el 18% ha acelerado los ciclos de desarrollo.
Estas mejoras posicionan la continuidad digital como una de las principales prioridades de inversión en la industria, especialmente en momentos en los que la velocidad y la agilidad son esenciales para mantener la competitividad.
Defensa, un paso por delante
La encuesta también distingue entre el nivel de preparación en los subsectores de defensa y aeroespacial civil. El 44% de las empresas de defensa afirman estar listas para aumentar su producción, frente al 33% de las aeroespaciales civiles. Este diferencial puede explicarse por una mayor inversión tecnológica y por el refuerzo de capacidades críticas como la fabricación flexible (MES) y cadenas logísticas más resilientes.
De hecho, el 65% de las compañías del sector defensa considera que su cadena de suministro es lo suficientemente ágil como para adaptarse rápidamente a cambios en la demanda, mientras que esta cifra cae al 45% en el ámbito civil.
El potencial de la inteligencia artificial (IA) y la IA generativa en el diseño y desarrollo de sistemas complejos está cada vez más presente. El 86% de las organizaciones de defensa reconocen la necesidad de incorporar estas tecnologías a sus procesos de ingeniería y desarrollo de producto. No obstante, apenas el 44% se siente realmente preparada para integrarlas, y solo un 35% para desarrollar sistemas autónomos.
Este desfase entre visión estratégica y preparación operativa refleja la urgencia de adaptar las competencias, los procesos y los sistemas de seguridad en un entorno tecnológico cambiante.