China ha estado probando paracaídas con la más alta tecnología para controlar los restos de cohetes y convertir a los lanzamientos espaciales en más seguros, informó la Academia de Tecnología de Lanzamiento de Vehículos de China (CALT), según publica la agencia Xinhua.
Durante el lanzamiento de un cohete Gran Marcha-3B el pasado 9 de marzo, que transportaba un satélite del Sistema Satelital de Navegación BeiDou, se lo equipó con un propulsor con paracaídas y dispositivos de control.
Después de que el propulsor se separó del cohete, los paracaídas se abrieron en secuencia para controlar su comportamiento y dirección, y enviaron al control de tierra en Xichang, en la suroccidental provincia china de Sichuan, los datos de la trayectoria de caída y el lugar de aterrizaje.
La operación muestra que China ha logrado un avance en la tecnología del posicionamiento preciso de los restos de cohetes, afirmó la CALT.
El personal tardó tan solo 25 minutos en encontrar los residuos, frente a horas o incluso hasta quince días que llevaba antes realizar esta actividad, añadió la entidad.
China ha realizado anualmente más de 30 lanzamientos espaciales en los últimos años y el riesgo de restos de cohetes ha suscitado una gran preocupación.
En la actualidad, los residentes en las áreas de caídas de restos son evacuados antes de cada lanzamiento, lo que afecta sus vidas y aumenta los costes y las dificultades en los lanzamientos.
La CALT ha estado investigando y desarrollando aletas de rejillas y paracaídas, con el objetivo de reducir el alcance del área de escombros en un 85%.