La aerolínea franco-holandesa Air France-KLM y la alemana Lufthansa concurren a la convocatoria anunciada por el Gobierno portugués para vender más del 50% de la aerolínea lusa TAP. Las negociaciones del Ejecutivo de Lisboa ya han comenzado y se pretenden llevar a término en los primeros meses del año próximo.
La crisis de la pandemia ha acelerado el proceso de concentración entre las aerolíneas europeas y TAP, una de las pocas aerolíneas que no forma parte de ningún grupo internacional, será un objetivo en este proceso, según publicó el diario portugués Expresso citando fuentes del gobierno luso.
No sería la primera vez que la aerolínea fuera privatizada. Ya hace siete años, el Gobierno vendió el 61% del de las acciones, aunque luego volvió a tomar el control de la aerolínea. Entonces, la posición del Gobierno portugués fue que la privatización era de suma importancia para el futuro y la supervivencia de la empresa.
A pesar de la expansión de TAP a nuevos mercados, la situación financiera del grupo empeoró a partir de 2007 por inversiones no aeronáuticas y factores externos, entrando la compañía en situación de quiebra técnica en 2008, un mínimo de -381 millones de euros en 2012 con una ligera recuperación en 2013, año en el que el patrimonio neto negativo fue de -373 millones de euros.
Tras la pandemia de Covid-19, a primeros de 2022, el Gobierno portugués inyectó 536 millones de euros en la aerolínea, mediante una ampliación de capital. El valor correspondía a los límites autorizados por la Comisión Europea de 178,4 millones de euros en el ámbito de la compensación de Covid y 357,6 millones de euros previstos en el Plan de Reestructuración para 2021, teniendo en cuenta la necesidad de indemnizar a la empresa por la pérdida derivada de la cancelación de la deuda.
Según informó entonces el Gobierno, el préstamo de 1.200 millones de euros otorgado a TAP en 2020, relacionado con el gasto de emergencia, también se había convertido en capital. “A lo largo de 2022, en función de la evolución global del sector y del rendimiento de la compañía, es decir, los indicadores previstos en el Plan de Reestructuración, se podrán realizar nuevas inyecciones de capital, respetando el límite máximo autorizado por la Comisión Europea y de acuerdo con el Plan de Reestructuración de 2022.
Ahora, recuperando los criterios privatizadores de hace siete años, el Gobierno portugués parece menos dispuesto a seguir invirtiendo en la aerolínea de bandera y emprende negociaciones con Air France-KLM y Lufthansa para ver quién se hace con la compañía portuguesa.