Dos senadores muy significados en EEUU, pertenecientes a los partidos Demócrata y Republicano, han puesto en circulación un proyecto de ley que reformaría la forma en que la Administración Federal de Aviación (FAA) certifica nuevos aviones a raíz de los trágicos accidentes del Boeing 737 MAX que ocasionaron la muerte a 346 personas, según informó la agencia Reuters.
La medida busca eliminar la capacidad de los fabricantes de aviones como Boeing para influir indebidamente en el proceso de certificación y marca el paso más significativo hacia las reformas tras los accidentes de los dos pasados años.
El borrador, terminado esta semana y al que tuvo acceso la agencia, ha sido redactado por el presidente de la Comisión de Comercio del Senado, el republicano Roger Wicker, y Maria Cantwell, destacada senadora por su partido en la Comisión.
Su objetivo es otorgar a la FAA un nuevo poder sobre la práctica de larga data de delegar algunas tareas de certificación a los empleados del fabricante de aeronaves. Le daría a la agencia la autoridad para contratar o remover a los empleados de Boeing que realizan tareas de certificación de la FAA y permitiría que la FAA designe asesores de seguridad.
El proyecto de ley requeriría reformas destinadas a prevenir la «presión indebida o instancias de comodidad regulatoria percibida u otros fallos para mantener la independencia entre la FAA y los empleados de Boeing que realizan tareas de certificación”.
«El Congreso debe asegurarse de que la seguridad de la aviación en los EEUU sea la más fuerte del mundo», dijo Cantwell a la agencia. «La sólida experiencia en aviación técnica sobre el terreno no puede ser simplemente ignorada por la alta gerencia de la FAA«.
El administrador de la FAA, Stephen Dickson, comparecerá este miércoles en audiencia ante la Comisión de Comercio del Senado para revisar la supervisión de la agencia de certificación de aeronaves.