La decisión de Boeing de paralizar la producción del 737 MAX a partir de este mes ya ha tenido las primeras consecuencias: La empresa norteamericana Spirit AeroSystems anunció el pasado viernes, en virtud de la Ley de Notificación de Ajuste y Recapacitación de Trabajadores, el despido de unos 2.800 empleados en sus instalaciones de Wichita, Kansas.
“Spirit ha adoptado esta decisión debido a la suspensión de la producción del 737 MAX y la incertidumbre actual sobre el momento en que se reanudará la fabricación y su tasa de producción cuando ésta se reanude. Esta decisión le permite a Spirit comenzar a alinear su estructura de costes con la suspensión de producción y, después de dicha suspensión, lo que Spirit espera serán niveles de producción más bajos que los niveles de 2019”, explicó la compañía.
Spirit es un proveedor importante en el programa 737 MAX, con su trabajo compartido que representa el 70% de la estructura del avión. Esto incluye todo el fuselaje, inversores de empuje, pilones del motor y componentes del ala. Además, el MAX representa más del 50% de ingresos anuales de Spirit.
“Spirit no ha recibido notificación de su cliente, Boeing, sobre cuánto tiempo durará la suspensión de producción o cuál será la tasa de producción en el futuro. Spirit cree que, cuando se reanude la producción, los niveles serán más bajos de lo esperado debido, en parte, a la necesidad del cliente de consumir más de 100 paquetes MAX actualmente almacenados en las instalaciones de Spirit. Además, Boeing tiene varios cientos de aviones MAX construidos, pero aún no entregados a sus clientes”, dice el proveedor del fabricante norteamericano.
Junto con las acciones adoptadas ahora, Spirit planea implementar reducciones más pequeñas de la plantilla a finales de este mes para sus plantas en Tulsa y McAlester, Oklahoma, que también producen componentes para MAX. Según las tasas de producción finales acordadas con Boeing, Spirit puede tener que tomar medidas adicionales de la fuerza laboral en el futuro.
«La difícil decisión anunciada hoy es un paso necesario dada la incertidumbre relacionada tanto con el momento para reanudar la producción de 737 MAX como con los niveles de producción generales que se pueden esperar después de la suspensión de la producción», dijo Tom Gentile, presidente y CEO de Spirit AeroSystems. «Estamos tomando estas medidas para equilibrar los intereses de todos nuestros grupos de interés como resultado de la puesta a tierra del 737 MAX, al tiempo que posicionamos a Spirit para satisfacer la demanda futura».
Los empleados de Spirit en Wichita afectados por estos despidos comenzarán a dejar la compañía a partir del 22 de enero.
Spirit ha tomado medidas para disminuir el impacto de los despidos esperados, transfiriendo a algunos empleados del MAX a otros programas donde sea posible. Además, Spirit planea facilitar puestos de trabajo con otras compañías aeroespaciales para ayudar a los empleados despedidos a hacer la transición a nuevos trabajos.
«Nuestro objetivo es apoyar a Boeing y un retorno seguro al servicio del MAX», agregó Gentile. “Continuamos trabajando con Boeing para desarrollar un nuevo cronograma de producción para 2020 con el objetivo de minimizar las interrupciones, mantener la estabilidad de nuestras capacidades de producción y el mejor espíritu de posicionamiento para el futuro. Cuando los niveles de producción aumenten lo suficiente en el futuro, esperamos recordar a los empleados afectados por el anuncio de hoy».