La misión Copernicus Sentinel-1C está a punto de alcanzar un hito clave con su próximo lanzamiento el 3 de diciembre desde el Puerto Espacial Europeo en Kourou, Guayana Francesa. Este nuevo satélite, que amplía la capacidad de observación terrestre de la misión Sentinel-1, se presenta como un paso esencial para la monitorización ambiental y la seguridad marítima.
Tras su llegada a Kourou en octubre, el Sentinel-1C ha superado con éxito rigurosas pruebas y procedimientos de preparación, culminando con el complejo proceso de carga de sus 154 kilogramos de combustible. Ramón Torres, gestor del proyecto de la misión Sentinel-1 de la Agencia Espacial Europea (ESA), destacó que “la campaña de lanzamiento ha ido muy bien gracias al trabajo de todos los equipos. Con el satélite ya cargado de combustible, estamos listos para integrarlo con el adaptador del lanzador y encapsularlo en el cohete Vega-C”.
Este despegue marca también el regreso del Vega-C, un cohete clave para garantizar el acceso independiente de Europa al espacio, tras un periodo de inactividad.
Equipado con tecnología de radar de última generación, Sentinel-1C operará en cualquier condición meteorológica y durante el día y la noche, proporcionando imágenes detalladas de la superficie terrestre. Este satélite complementará al Sentinel-1A para restablecer la capacidad total de la constelación, crucial para los servicios del programa Copernicus de la Unión Europea, que abarcan desde la gestión de desastres naturales hasta la monitorización del cambio climático.
Además, introduce innovaciones para la detección y seguimiento de tráfico marítimo gracias a su Sistema de Identificación Automática (AIS), que capta señales transmitidas por embarcaciones, identificando incluso aquellas que operan sin emitir señales, lo que podría apuntar a actividades ilegales.
Impacto y aplicaciones
La misión Sentinel-1 ha demostrado ser indispensable en múltiples áreas, como: monitorización de hielo marino en el Ártico, rastreo de derrames de petróleo y seguridad marítima, supervisión de deformaciones terrestres por terremotos o erupciones volcánicas y gestión forestal, hídrica y de suelos.
Con la incorporación de Sentinel-1C y, próximamente, Sentinel-1D, el programa Copernicus refuerza su compromiso con la sostenibilidad y la seguridad global, consolidándose como un pilar fundamental en la observación de la Tierra y en la protección de su entorno.
La cuenta atrás ha comenzado, y el Sentinel-1C se alista para su gran día, llevando a Europa un paso más allá en la exploración y cuidado de nuestro planeta.