Rolls-Royce ha completado con éxito la Revisión Crítica de Diseño (CDR) del motor F130, marcando un paso crucial hacia su desarrollo final y producción para la modernización del bombardero estratégico B-52J de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF). Este logro se enmarca en un programa de diseño intensivo que ha implicado más de dos años de colaboración entre Rolls-Royce, la USAF y Boeing.
El próximo hito del programa tendrá lugar en febrero de 2025, cuando comenzarán las pruebas de altitud en el Complejo de Desarrollo de Ingeniería Arnold de la USAF, ubicado en Tullahoma, Tennessee. Estas pruebas permitirán validar las capacidades del motor en condiciones similares a las que enfrentará en vuelo.
Candice Bineyard, directora de Early Life Cycle & Naval Programs – Defense en Rolls-Royce, declaró que «durante la fase de diseño detallado, nuestros equipos ejecutaron un proceso riguroso en estrecha colaboración con nuestros socios. Estamos entusiasmados de comenzar la producción de este motor altamente fiable para el B-52J».
En 2023, Rolls-Royce completó las primeras fases de pruebas a nivel del mar en sus instalaciones de Indianápolis y realizó pruebas de doble pod en el Centro Espacial Stennis de la Nasa. Las pruebas a nivel del mar recopilaron datos clave de rendimiento utilizando la versión inicial del software del motor en la Célula de Pruebas 114, recientemente modernizada como parte de una inversión de 1.000 millones de dólares en las instalaciones de Rolls-Royce en Indianápolis. Este centro, el mayor de la compañía en Estados Unidos, albergará la fabricación, ensamblaje y pruebas de los motores F130.
Por otro lado, las pruebas en Stennis marcaron la primera vez que los motores F130 fueron evaluados en una configuración de doble pod, emulando el diseño del B-52. Estas pruebas rápidas validaron las predicciones analíticas y ayudaron a mitigar riesgos en la integración del motor, cumpliendo con los objetivos de prueba establecidos.
El programa F130 es parte integral de la actualización del B-52J, un pilar de la fuerza de bombarderos estratégicos de la USAF. Con una vida útil estimada de 30 años, el motor F130 proporcionará mayor fiabilidad, eficiencia y capacidad de mantenimiento en comparación con los motores actuales.
Rolls-Royce reafirma así su compromiso con la innovación y el avance tecnológico, respaldado por una producción en territorio estadounidense y el uso de tecnología de vanguardia. El F130 promete ser un componente esencial en la modernización del B-52J, reforzando su papel como un activo clave en la estrategia de defensa de Estados Unidos.