El gobierno de Malasia ha aprobado reanudar la búsqueda del Boeing 777-200 de la compañía aérea Malaysia Airlines que despegó el 8 de marzo de 2014 con 239 personas a bordo de la capital malasia, Kuala Lumpur, con destino a Pekín, donde debía llegar unas seis horas más tarde, pero que 49 minutos después de su despegue desapareció de los radares de la aviación civil, convirtiéndose en uno de los mayores misterios de aviación del mundo.
El ministro de Transporte de Malasia, Anthony Loke, ha dicho que su Gobierno, aceptando la propuesta de una aseguradora estadounidense -“sin hallazgo, no hay pago”-, se ha decidido reanudar la búsqueda del avión que se supone cayó en el Océano Índico.
Los familiares de las personas que iban a bordo del vuelo MH370 de Malaysia Airlines, cuando desapareció hace 10 años, expresaron su gratitud por la aprobación del Gobierno para que la empresa robótica marina norteamericana Ocean Infinity reanude los trabajos de búsqueda.
A finales de mayo de 2018, el Gobierno de Malasia aseguró que reanudaría la búsqueda del MH370 si encontraba nuevas pistas, durante una rueda de prensa al término de la campaña de investigación llevada a cabo por Ocean Infinity sin obtener rastro alguno. «Tenemos que llegar a una etapa en la que no podamos seguir buscando algo que no podamos encontrar», dijo el primer ministro Mahathir Mohamad. «Si encontramos alguna información nueva, podemos reanudar la búsqueda», añadió.
Después de jornadas angustiosas e interminables para los familiares y amigos de los 239 ocupantes del avión en las que hasta casi una treintena de países se esforzaron en su rastreo y búsqueda en un espacio de unos cinco millones de kilómetros cuadrados, los radares militares empezaron a dar tímidas respuestas a las preguntas esenciales.
De esas señales los investigadores extrajeron dos conclusiones previas pero determinantes para la definitiva resolución del misterio: que el avión cambió sustancialmente de rumbo y que dicho cambio se produjo de forma intencionada desde su interior, puesto que, al parecer, se desconectaron deliberadamente los sistemas de comunicación.
Finalmente, los satélites empezaron a mostrar restos de un posible naufragio en el Océano Índico, a miles de kilómetros de la costa australiana, muy lejos del destino del vuelo MH370 y en sentido completamente opuesto al de su trayectoria inicialmente prevista.