La expansión de las capacidades espaciales comerciales ha abierto un nuevo horizonte: la posibilidad de una economía lunar. Esta revolución en la forma en que se entregan bienes y servicios alrededor y hacia la Luna podría ser la chispa que enciende una nueva era de progreso económico y exploración. Sin embargo, para que esta visión se haga realidad, se necesita un cambio fundamental en la forma en que se aborda el desarrollo del sistema lunar.
Actualmente, cada entidad debe ser autosuficiente, llevando consigo todos los recursos necesarios para su misión. Pero para crear una economía lunar verdaderamente integrada, se necesita un marco analítico que nos permita enfocarnos en modelos de actividad económica interconectados. Este marco, al trazar una ruta hacia la «conectividad» en lugar del «fraccionamiento», podría eliminar las barreras de entrada a la superficie lunar y fomentar sistemas sostenibles y compartidos.
Aquí es donde entra en juego el Estudio de Capacidad de la Arquitectura Lunar de 10 Años (LunA-10) de DARPA. Este ambicioso proyecto tiene como objetivo impulsar a las empresas comerciales a colaborar para crear una infraestructura lunar interoperable en la próxima década. Desde su inicio hace cinco meses, los participantes de LunA-10 han estado trabajando arduamente para diseñar soluciones integradas a nivel de sistema que abarquen múltiples servicios lunares y definan cómo estos se pueden vincular y escalar.
El Equipo de Integración Gubernamental (GIT) LunA-10 ha sido fundamental en este proceso. Compuesto por expertos de diversas agencias gubernamentales, el GIT ha desarrollado un marco analítico que visualiza una futura economía lunar en el contexto de cuatro «Edades Lunares» teóricas. Además, han identificado cinco cadenas de valor empresarial que describen los pasos técnicos necesarios para lograr una economía lunar comercial viable y sostenible.
Recientemente, en la reunión de primavera del Lunar Surface Innovation Consortium (LSIC), DARPA y los participantes de LunA-10 compartieron los hallazgos iniciales de su trabajo con la comunidad lunar. El director del programa DARPA, Michael Nayak, destacó la importancia de este esfuerzo colaborativo y subrayó los temas emergentes que podrían ser clave para el futuro económico lunar.
Conceptos como la utilización de recursos reciclables in situ (Re-ISRU), la robótica como servicio (RaaS) y la generación y rechazo térmico agregado como servicio fueron mencionados como posibles impulsores de una futura economía lunar. Estos son solo algunos ejemplos de las ideas innovadoras que LunA-10 está explorando.
En palabras del Dr. Nayak, «LunA-10 ha descubierto cómo las tecnologías y capacidades fundamentales actuales podrían unirse en una economía lunar autosostenible y dónde existen lagunas que requieren una mayor exploración y maduración tecnológica».
Los miembros del GIT LunA-10 presentaron un marco analítico preliminar y asignaron cadenas de valor empresarial a 19 casos de uso en la conferencia del LSIC. Los participantes de LunA-10 también compartieron sus contribuciones al estudio a través de carteles, invitando a la comunidad lunar a debatir y contribuir con ideas.