Ocho posibles compradores han firmado ya acuerdos de confidencialidad en su primera reunión con los acreedores de Virgin Australia, celebrada este jueves, y continúan las negociaciones con otros 12, según ha revelado la firma auditora Deloitte, que actúa como administradora de la aerolínea quebrada.
La compañía aérea de Richard Branson hace 10 días se declaró en concurso de acreedores a causa de la pandemia de Covid-19 y después de que el gobierno australiano denegara su ayuda financiera.
Entre los interesados por la segunda aerolínea de Australia se encuentran BHG Capital de Melbourne y las firmas estadounidenses de capital privado Apollo Global Management y Oaktree Capital Management. También se rumoreó que el multimillonario australiano Andrew Forrest podía estar interesado.
Vaughan Strawbridge, de Deloitte, dijo a los acreedores que, “aunque todavía es temprano, me ha sorprendido el nivel de interés suscitado por la venta”. En la reunión del jueves se reveló que Virgin Australia debe alrededor de 6.800 millones de dólares a 10.247 acreedores conocidos. Pero es probable que esta cifra se eleve hasta los 12.000.
Tras dar a conocer el proceso de administración, Strawbridge reiteró su intención de mantener a Virgin operativa. «Seguimos fuertemente enfocados en la reestructuración y refinanciación del negocio, sacar a Virgin de la administración externa lo antes posible en un resultado que retendrá empleos y la contribución de la aerolínea a Australia y su economía», dijo y añadió que seguía manteniendo posible la venta dentro de dos meses.
El plazo para la recepción de ofertas prospectivas concluirá a mediados de mayo y para las definitivas en junio.