La misión Euclides de la Agencia Espacial Europea (ESA) se superó la prueba final, antes de su lanzamiento el próximo mes de julio, en una sala especial en las instalaciones de pruebas de Thales Alenia Space en Cannes, Francia, donde se sometió con éxito a pruebas de compatibilidad electromagnética.
Este tipo de prueba es una rutina para las naves espaciales. Todos los aparatos electrónicos emiten alguna forma de ondas electromagnéticas que pueden causar interferencia con otros dispositivos. Los componentes electrónicos de las naves espaciales pueden causar interferencias que pueden tener consecuencias desastrosas, por lo que todos los sistemas deben verificarse antes del lanzamiento.
La gran cámara de prueba en TAS, llamada Compact Antenna Test Range, simula el entorno electromagnético del espacio profundo y está revestida con conos que absorben señales de radio y evitan los reflejos. Para evitar interferencias de radio o televisión, las paredes de la cámara forman una «jaula de Faraday» de acero, impenetrable a las señales electromagnéticas del mundo exterior.
En este entorno libre de radiación, el equipo estudió las señales de radio y el ruido eléctrico procedente de los distintos sistemas de la nave espacial y comprobó si provocaban alguna interferencia electromagnética entre sí.
La misión Euclides está diseñada para explorar la composición y evolución del Universo oscuro. El telescopio espacial creará un gran mapa de la estructura a gran escala del Universo a través del espacio y el tiempo al observar miles de millones de galaxias hasta 10.000 millones de años luz, en más de un tercio del cielo. Euclides explorará cómo se ha expandido el Universo y cómo se ha formado la estructura a lo largo de la historia cósmica, revelando más sobre el papel de la gravedad y la naturaleza de la energía oscura y la materia oscura.
Euclides es una misión totalmente europea, construida y operada por la ESA, con contribuciones de la Nasa. El Consorcio Euclides, compuesto por más de 2.000 científicos de 300 institutos en 13 países europeos, EEUU, Canadá y Japón, proporcionó los instrumentos científicos y el análisis de datos científicos. La ESA seleccionó a Thales Alenia Space como contratista principal para la construcción del satélite y su módulo de servicio, con Airbus Defence and Space elegido para desarrollar el módulo de carga útil, incluido el telescopio. La Nasa proporcionó los detectores de infrarrojo cercano del instrumento NISP.