La Administración Federal de Aviación (FAA) de EEUU realizará las inspecciones finales en el nuevo avión 787 Dreamliner de Boeing y no permitirá que el fabricante de aviones autocertifique los aviones, según indicó ayer.
El regulador de aviación estadounidense, según publica Reuters, comunicó a Boeing su decisión de mantener la autoridad para emitir certificados de aeronavegabilidad hasta que esté seguro de que «los procesos de fabricación y control de calidad de Boeing garantizan consistentemente que el 787 cumple con los estándares de diseño de la FAA«.
Boeing dijo que «continuará trabajando de manera transparente a través de procesos detallados y rigurosos. Continuaremos interactuando con la FAA para asegurarnos de cumplir con sus expectativas y todos los requisitos aplicables».
Boeing suspendió las entregas del 787 a finales de mayo después de que la FAA expresara su preocupación por el método de inspección propuesto. La FAA había emitido dos directivas de aeronavegabilidad para abordar problemas de producción para aviones en servicio e identificó un nuevo problema en julio.
Las entregas se han detenido mientras los reguladores estadounidenses revisan las reparaciones e inspecciones. Se espera que las entregas permanezcan congeladas algunos meses más.
La FAA dijo que quiere que Boeing se asegure de que «tiene un plan sólido para el retrabajo que debe realizar en un gran volumen de nuevos 787 almacenados» y que «los procesos de entrega de Boeing son estables».