Tras los repetidos incidentes en los que se ha visto envuelta la compañía aérea norteamericana United Airlines, la Administración Federal de Aviación (FAA) de EEUU ha incrementado su investigación, según informó la aerolínea en un comunicado interno dirigido a sus empleados.
«La serie de fallos relacionados con la seguridad registrados en las últimas semanas nos ha obligado a estudiar si hay algo que debemos hacer de otra manera», indicó en su comunicado la vicepresidenta de Seguridad de la compañía, Sasha Johnson. Y añadió que “en las próximas semanas, veremos a los reguladores inspeccionando nuestros procesos de trabajo e instalaciones”.
El pasado día 8, este diario publicó que un Boeing 777-200 de United Airlines con 235 pasajeros y 14 tripulantes a bordo, que había despegado de San Francisco con destino al aeropuerto japonés de Osaka, perdió la rueda interior trasera del tren principal momentos después de despegar y se vio obligado a aterrizar en el aeropuerto de Los Ángeles.
Diez días más tarde, un Boeing 737-800 de la misma compañía con 139 pasajeros y seis tripulantes a bordo, que había despegado también del aeropuerto internacional de San Francisco, aterrizó de forma segura en el aeropuerto de Medford en Oregon; pero, tras estacionar en la puerta de embarque, se descubrió que le faltaba un panel externo, según informó la Administración Federal de Aviación (FAA) de EEUU, que inició una investigación.
No fueron éstos los únicos incidentes en las últimas semanas. Los medios informativos norteamericanos señalan que tan sólo el mes pasado un motor de otro Boeing de United Airlines se incendió después de despegar, otro se salió de pista y otro más dejó constancia de una fuga hidráulica. No es de extrañar, pues, que la FAA haya decidido incrementar la inspección sobre la compañía aérea norteamericana en busca de las causas de los fallos ocurridos recientemente.