La Agencia Espacial Europea (ESA) impulsa nuevas iniciativas dentro de su programa de Space Safety para anticipar, mitigar y responder a los riesgos que provienen del espacio, desde el impacto potencial de asteroides y tormentas solares hasta el creciente problema de los desechos orbitales. En vísperas de la Conferencia Ministerial de 2025, la agencia propondrá un conjunto ampliado de actividades destinadas a garantizar el acceso independiente y continuo de Europa a datos y servicios satelitales críticos, en un contexto global marcado por la inestabilidad geopolítica.
El Space Safety Programme tiene como objetivo salvaguardar tanto la infraestructura espacial como la vida en la Tierra, construyendo una flota de misiones y proyectos dedicados a mantener la seguridad en el entorno orbital. “Mientras las actividades del programa ayudan a mantenernos a salvo, también refuerzan la posición de Europa a la vanguardia de los nuevos mercados y tecnologías espaciales”, señala Holger Krag, responsable de Seguridad Espacial de la ESA. “Debemos garantizar la seguridad en la órbita terrestre para tener un futuro en el espacio. Esto requiere nuevas tecnologías y una visión ambiciosa alineada con la estrategia 2040 de la agencia”.
Entre las misiones más destacadas figura Vigil, una misión de meteorología espacial que ocupará una posición única en el espacio profundo, desde donde podrá ofrecer alertas tempranas sobre tormentas solares. Su información será esencial para proteger tanto las infraestructuras espaciales como los sistemas críticos en la Tierra, además de contribuir a la seguridad de astronautas y satélites operativos.
En paralelo, la ESA avanza en la defensa planetaria con iniciativas que combinan la detección y el seguimiento de asteroides con la preparación ante un posible impacto. Misiones como Hera y Ramses forman parte de este esfuerzo dual: mejorar la predicción de trayectorias de cuerpos próximos a la Tierra y probar respuestas efectivas frente a amenazas potenciales.
La agencia también reconoce que la sostenibilidad de las operaciones espaciales pasa por afrontar de manera decidida el problema de los desechos orbitales. Con miles de satélites activos y fragmentos en órbita, el riesgo de colisión amenaza tanto las misiones futuras como el propio acceso al espacio. En este sentido, la iniciativa Zero Debris busca desarrollar satélites más sostenibles y fomentar una cultura compartida de responsabilidad en toda la comunidad espacial europea.
Además, la ESA promueve misiones de retirada activa de desechos y de servicios en órbita, con el objetivo de construir las bases de una futura economía circular en el espacio. Estas actividades se complementan con el seguimiento constante del entorno orbital y la creación de herramientas prácticas, como la plataforma CREAM de evitación de colisiones, que apoya a los operadores de satélites en la gestión de riesgos.
La agencia advierte que no hay tiempo que perder. La combinación de un entorno espacial cada vez más congestionado y la dependencia creciente de los servicios satelitales exige actuar con rapidez y determinación. Proteger la seguridad espacial es, en palabras de Krag, una condición imprescindible para asegurar “no solo la continuidad de las operaciones actuales, sino el propio futuro de Europa en el espacio”.
Con estas iniciativas, la ESA reafirma su compromiso con la sostenibilidad y la autonomía tecnológica, fortaleciendo la resiliencia europea frente a amenazas naturales y de origen humano. En un momento decisivo para la política espacial del continente, la seguridad espacial se consolida como uno de los pilares fundamentales de su estrategia a largo plazo.











