El lanzamiento del cohete Alpha, de la compañía norteamericana Firefly Aerosplace, fracasó el pasado jueves en el intento de su vuelo de prueba orbital al explotar dos minutos después del despegue de la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg, en California.
El lanzamiento se produjo casi una hora después de que se abortara un intento inicial al final de la cuenta atrás. “Antes de terminar la cuenta atrás, se despejó la plataforma y todas las áreas circundantes para minimizar el riesgo para los empleados de Firefly, el personal de la base y el público en general. Seguimos trabajando continuando todos los protocolos de seguridad”, dijo en un tuit la compañía.
Pero después, los controladores de lanzamiento reiniciaron la cuenta atrás para un segundo intento de lanzamiento. Alpha, el pequeño lanzador de satélites despegó y a unos dos minutos, el cohete pareció caer y explotar. “Alpha experimentó una anomalía durante el ascenso de la primera etapa que resultó en la pérdida del vehículo», tuiteó Firefly.
«Si bien es demasiado pronto para sacar conclusiones sobre la causa, seremos diligentes en nuestra investigación, en asociación con la FAA y la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg», añadió la compañía en un comunicado oficial en el que empezaba por reconocer el éxito del despegue: “El primer vuelo de prueba de Firefly duró más de dos minutos, con un despegue exitoso y una progresión a velocidad supersónica”.
“Si bien no cumplimos con todos los objetivos de nuestra misión, logramos varios de ellos: encendido exitoso de la primera etapa, despegue de la plataforma, progresión a velocidad supersónica y obtuvimos una cantidad sustancial de datos de vuelo”. “Después de dos minutos de vuelo, Alpha experimentó una anomalía que resultó en un final temprano de la misión. En Firefly, nuestro objetivo es velar siempre por la seguridad de nuestros empleados, socios y comunidad. Nos complace informar que no hubo lesiones asociadas con la anomalía”, señaló el comunicado.