La Agencia Espacial Europea (ESA) ha dado hoy el pistoletazo de salida oficial a la construcción de la misión LISA (Laser Interferometer Space Antenna), el primer observatorio espacial diseñado para detectar ondas gravitacionales desde el espacio. El acuerdo, firmado con la empresa alemana OHB System AG durante el Salón Aeronáutico de París, marca el inicio de una ambiciosa empresa científica que promete revolucionar nuestra comprensión del Universo.
LISA será la primera misión de gran clase de la ESA dedicada al estudio de las ondas gravitacionales, perturbaciones del espacio-tiempo generadas por eventos extremos como la fusión de agujeros negros supermasivos. Esta tecnología, imposible de implementar desde la Tierra para ciertas frecuencias, se desplegará por primera vez en el espacio, donde podrá captar señales de menor frecuencia que las detectadas por observatorios terrestres como LIGO o Virgo.
El concepto de LISA se basa en una constelación de tres naves espaciales que volarán en formación triangular, separadas por 2,5 millones de kilómetros cada una y situadas en órbita solar, siguiendo a la Tierra. Las naves intercambiarán haces láser con una precisión extrema para medir diminutos cambios en la distancia entre masas de prueba de oro y platino, provocados por el paso de ondas gravitacionales.
El lanzamiento está previsto para 2035 mediante un cohete Ariane 6, y supondrá un reto tecnológico inédito: medir variaciones en la distancia equivalentes a una milésima del tamaño de un átomo de helio, a través de millones de kilómetros de vacío.
Colaboración internacional
La misión, liderada por la ESA, contará con una estrecha colaboración internacional. Entre los socios técnicos y científicos se incluyen Nasa, Thales Alenia Space y un consorcio internacional de centros de investigación. España jugará un papel destacado como proveedora del Science Diagnostics Subsystem, un conjunto de sensores cruciales para interpretar los datos del interferómetro.
Además, otros Estados miembros contribuirán con tecnologías clave como los sistemas interferométricos de picómetro de precisión (Alemania, Reino Unido, Francia, Países Bajos, Bélgica, Dinamarca, República Checa), y las masas de prueba libres de perturbaciones externas (Italia y Suiza).
LISA permitirá explorar aspectos del cosmos hasta ahora inalcanzables. Desde la detección de fusión de agujeros negros a lo largo de la historia cósmica, hasta el estudio de la naturaleza fundamental de la gravedad o la expansión del Universo, la misión promete abrir una nueva era en la astronomía basada en ondas gravitacionales.
También estudiará fenómenos más cercanos, como sistemas binarios de estrellas compactas dentro de nuestra galaxia, y contribuirá a afinar modelos astrofísicos sobre la evolución estelar y los remanentes compactos.
Según la directora de Ciencia de la ESA, Carole Mundell, “LISA representa el resultado de décadas de innovación tecnológica y de una sólida visión científica. Coloca a Europa en la vanguardia mundial de la física fundamental desde el espacio”. En palabras de Chiara Pedersoli, CEO de OHB, “estamos listos para hacer realidad esta misión y abrir una nueva forma de observar el cosmos”.
Además de su valor científico, LISA refuerza el liderazgo de Europa en tecnología de precisión espacial, navegación autónoma a gran escala y cooperación internacional. Se espera que el éxito de esta misión impulse nuevos desarrollos en misiones de física fundamental, observación astronómica y exploración del espacio profundo.