El Ministerio de Ciencia e Innovación ha informado que esperará al informe final de la comisión de expertos de la Agencia Espacial Europea (ESA) para abordar los siguientes pasos relacionados con la misión Seosat-Ingenio. La ESA se pone a disposición del Gobierno de España para comenzar a explorar vías alternativas que permitan reemplazar la funcionalidad instrumental de Ingenio.
La ESA y su contratista Arianespace, encargado del servicio de lanzamiento, han confirmado que la causa de la pérdida de la misión espacial para poner en órbita al satélite Seosat-Ingenio y al francés Taranis, ha sido debida a un problema en dos conectores del sistema de control de velocidad de propulsión (TVC, Thrust Vector Control). Según Arianespace, no se trata de un error de diseño del lanzador Vega, sino que está, posiblemente, relacionado con una intervención humana en la fase de control de calidad.
La ESA ha informado que, al igual que se actúa con todas las misiones espaciales institucionales, en este caso tampoco se ha incluido en el proyecto un seguro que eventualmente cubriera la posibilidad de pérdida de la misión
El ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, ha lamentado la “pérdida de la misión que llevaba Seosat-Ingenio a su órbita”, aunque ha explicado que, a pesar de ello “las tecnologías desarrolladas han capacitado a las empresas españolas, facilitando que accedan a nuevos contratos como la recién firmada misión LSTM” para el programa Copernicus de la ESA.
En este sentido, la industria española se ha visto beneficiada al haber conseguido contratos por un valor muy superior al coste del propio satélite, por lo que la inversión ha vuelto a España multiplicada, generando conocimiento, innovación y empleo especializado.
Gracias al trabajo de la industria española en este proyecto, el pasado viernes 13 de noviembre se formalizó un nuevo contrato para la industria española (ESA-Airbus) por valor de 380 millones de euros para desarrollar un nuevo proyecto satelital, esta vez en el paraguas del programa Copérnico de la UE, en el entorno colaborativo con la ESA. Este contrato supone un nuevo hito, puesto que es la primera vez que una empresa española desarrolla un proyecto para Copérnicus.