El número de nuevos satélites lanzados sigue aumentando año tras año. De hecho, el pasado año se lanzaron un total de 2.409 nuevas ‘cargas útiles’ rastreadas (principalmente satélites) entraron en órbita alrededor de la Tierra, más que nunca, según un informe de la ESA.
De este modo, nuestro planeta está rodeado de naves espaciales que realizan un trabajo importante para estudiar nuestro clima cambiante, brindar servicios globales de comunicación y navegación y ayudarnos a responder preguntas científicas importantes.
Pero algunas de sus órbitas se están llenando y agitando cada vez más con pedazos mortales y rápidos de satélites y cohetes extintos que amenazan nuestro futuro en el espacio. En 2002, el Comité Interinstitucional de Coordinación de Desechos (IADC) publicó las Pautas para la Mitigación de Desechos Espaciales.
Las medidas descritas en las directrices establecen cómo diseñar, volar y eliminar misiones espaciales de manera que se evite la creación de más desechos. Fueron un paso importante para la protección de nuestras importantes órbitas y han servido como base para la política espacial, la legislación nacional y las normas técnicas durante dos décadas.
Desde 2016, la Oficina de Desechos Espaciales de la ESA ha publicado un Informe anual sobre el entorno espacial para proporcionar una descripción general transparente de las actividades espaciales globales y determinar en qué medida estas y otras medidas internacionales de reducción de desechos están mejorando la sostenibilidad a largo plazo de los vuelos espaciales.
Además del número de satélites lanzados, el informe de la ESA recuerda que el entorno orbital de la Tierra es un recurso finito y advierte que los satélites que permanecen en su órbita operativa al final de su misión corren el riesgo de fragmentarse en peligrosas nubes de desechos que permanecen en órbita durante muchos años.
Asimismo, señala que los satélites activos deben realizar un número cada vez mayor de maniobras para evitar colisiones para esquivar otros satélites y fragmentos de basura espacial. Por ello, explica que la adopción de medidas de mitigación de los desechos espaciales está mejorando, pero “dada la gran cantidad de nuevos satélites y la cantidad de desechos existentes, la tasa aún no es suficiente y nuestro comportamiento en el espacio parece insostenible a largo plazo”.