Una vez que el telescopio espacial James Webb se ha ensamblado en su forma final, los técnicos de la Nasa están realizado pruebas de software crítico y análisis eléctricos como un vehículo único y totalmente integrado.
Esta prueba integral de sistemas (CST) ha sido la primera evaluación completa de sistemas que se ha realizado en el telescopio una vez ensamblado. Pruebas similares se han realizado pero utilizando simulaciones y sustitutos para inferir datos sobre piezas de la nave espacial que aún no se habían ensamblado. Ahora que Webb está completamente construido, ya no se necesitan simulaciones y los ingenieros pueden evaluar con confianza tanto su software como su rendimiento electrónico.
Tal y como explicó la ingeniera principal del JWST, Begoña Vila, en una entrevista concedida en exclusiva para Actualidad Aeroespacial, el telescopio James Webb, el más grande y más complejo que se habrá lanzado al espacio hasta la fecha. No sólo incluye innovaciones muy importantes en los instrumentos para la ciencia (detectores en el infrarrojo, mecanismo para obtener espectros simultáneos, un enfriador mecánico a bordo u ópticas especializadas) sino también avances en ingeniería muy importantes con nuevos materiales (kapton o berilio) que hacen posible lanzar al espacio un parasol tan grande como un campo de tenis que se tiene que desplegar en órbita, y un espejo compuesto de 18 espejos más pequeños que se tienen que alienar una vez en órbita con una tecnología nueva de recuperación de fase, asegura la ingeniera.
El telescopio se compone de muchos componentes que deben comunicarse y trabajar al unísono para lograr el éxito de la misión. Las evaluaciones de sistemas como éstas permiten que esto suceda al verificar y validar que cada uno de ellos se está comunicando y funcionando según lo diseñado.
Las pruebas finales de Webb determinarán su preparación para el lanzamiento. Este CST recién completado establece una línea base de rendimiento funcional eléctrico. En unos pocos meses, después de que el observatorio complete su siguiente y último conjunto de pruebas acústicas y de vibración que simulen los rigores del lanzamiento, el equipo realizará otra exploración del sistema completo.
Una vez realizada, los ingenieros compararán los resultados del «antes y el después», que deberían ser los mismos, lo que indica que la nave espacial está funcionando como un observatorio completo y resistirá el entorno de lanzamiento para operar como se diseñó una vez en el espacio.