El satélite Plato, misión científica de la Agencia Espacial Europea (ESA) destinada a descubrir exoplanetas similares a la Tierra, ha completado su fase de construcción con la instalación de su escudo solar y los paneles solares, las últimas piezas esenciales del conjunto. El equipo de ingeniería de la ESA ha culminado así una etapa clave en el desarrollo del proyecto, que ahora se prepara para afrontar una serie de pruebas finales previas a su lanzamiento, previsto para diciembre de 2026 a bordo de un Ariane 6.
Los trabajos de ensamblaje comenzaron tras la llegada de la nave al Centro de Pruebas de la ESA en los Países Bajos, donde el pasado 9 de septiembre los ingenieros llevaron a cabo una delicada operación de integración. En una sala limpia especialmente acondicionada, el módulo combinado del escudo y los paneles solares fue suspendido mediante un sistema de izado y alineado con precisión en la parte posterior de la nave antes de ser fijado definitivamente.
“Con esta operación hemos completado la nave espacial Plato. El módulo de escudo y paneles solares era la última pieza esencial pendiente”, declaró Thomas Walloschek, director del proyecto Plato en la ESA. “Es muy satisfactorio haber llegado a este momento y ver a Plato en su forma final. Es el resultado de una excelente cooperación entre la ESA, los miembros del Consorcio de la Misión Plato y el equipo industrial principal”.
El escudo solar y los paneles solares son componentes críticos para el funcionamiento de Plato. Mientras que los paneles generan la energía eléctrica necesaria para alimentar los sistemas de a bordo, el escudo mantiene los instrumentos científicos en la sombra, protegidos de la radiación solar directa.
“Durante años hemos visto cómo sería Plato en dibujos e imágenes simuladas, pero ver la nave real completada es algo muy especial”, señaló Ana Heras, científica del proyecto en la ESA. “Plato tiene un diseño distintivo, concebido para integrar de forma eficiente sus cámaras avanzadas. Su configuración permitirá observar más de 150.000 estrellas brillantes simultáneamente, con gran precisión, y buscar planetas terrestres que orbiten estrellas similares al Sol”.
El satélite lleva 26 cámaras de alta sensibilidad, encargadas de detectar diminutas variaciones en la intensidad lumínica de las estrellas, indicio de la posible presencia de exoplanetas. Para alcanzar la precisión requerida, los detectores deben mantenerse a temperaturas extremadamente bajas, alrededor de –80 °C, algo que garantiza el aislamiento térmico del escudo solar orientado al espacio profundo.
Ensayos de despliegue y generación eléctrica
Una vez completado el ensamblaje, los ingenieros verificaron el correcto despliegue de los paneles solares, que se mantendrán plegados durante el lanzamiento y se extenderán en órbita como un par de alas. Las pruebas se realizaron los días 16 y 22 de septiembre, utilizando un sistema de poleas que simulaba la ausencia de gravedad.
Tras desplegar los paneles, el equipo iluminó la estructura con una lámpara que simulaba la luz solar para comprobar que la generación eléctrica se ajustaba a los niveles previstos. Los resultados confirmaron el éxito de la operación, demostrando que el sistema está listo para su funcionamiento en el espacio.
Antes de su lanzamiento, Plato deberá superar una batería de ensayos ambientales y de vibración que reproducirán las condiciones extremas del despegue y del entorno espacial. Entre ellas se incluyen pruebas acústicas y mecánicas, así como la exposición en el Large Space Simulator, la cámara criogénica y de vacío más grande de Europa.
Estas pruebas permitirán verificar la resistencia estructural del satélite y su capacidad para operar sin fallos en el vacío y las temperaturas extremas del espacio. Solo una vez superadas, la ESA dará luz verde al envío de Plato a su centro de lanzamiento.
Con la finalización de su ensamblaje y el inicio de las pruebas de validación, Plato se acerca a su meta: buscar planetas rocosos similares a la Tierra y estudiar las condiciones de sus estrellas anfitrionas. Su innovadora instrumentación y su capacidad de observación simultánea lo convierten en una de las misiones más ambiciosas de la ESA en el ámbito de la exploración exoplanetaria, abriendo una nueva etapa en la búsqueda de mundos potencialmente habitables más allá del Sistema Solar.










